Hace unas semanas, en Revés hablábamos sobre cómo las criptomonedas son aceptadas cada día en más plataformas, y en este caso nos gustaría detenernos en cómo han cambiado la manera de entender la economía y, por lo tanto, nuestras vidas.
¿Qué son las criptomonedas?
Aunque existen portales que llevan años dedicándose a aclarar dudas sobre las criptomonedas, como El Bitcoin, a grandes rasgos, y para contextualizar la situación, debemos aclarar que las criptomonedas, las criptodivisas (palabra adoptada del inglés: cryptocurrency) o los criptoactivos son medios digitales de intercambio que utilizan la criptografía para asegurar transacciones, controlar la creación de nuevas unidades y verificar la transferencia de este tipo de activos.
Esta es una de las claves del éxito de las criptomonedas, el hecho de que funcionen a través de una base de datos descentralizada, que normalmente se trata de una cadena de bloques (o blockchain), y que sirve como base de datos de todas las transacciones de forma pública.
Un poco de historia
La primer criptomoneda operativa fue Bitcoin, y se lanzó en 2009, pero, desde entonces, han aparecido otras monedas digitales que también han obtenido un considerable éxito y capitalización: Ethereum, Binance Coin, Ripple, Cardano, Solana, Polkadot, Dogecoin o Monero, entre otras muchas.
Desde su creación, los criptoactivos han ido ganando una popularidad incuestionable. En 2011 el interés aumentó rápidamente, hasta culminar en el drástico ascenso del precio de Bitcoin en abril de 2013. A partir de ahí, como suele decirse, ya es historia.
Pero… ¿para qué sirven?
A estas alturas, las criptomonedas tienen todo tipo de usos: desde comprar una gran variedad de artículos y servicios en la red, hasta utilizarlas como formas de inversión. El abanico es tan amplio que abarca productos textiles, servicios de creación web, productos tecnológicos o, incluso, la posibilidad de utilizarlas para jugar a juegos de casino.
Precisamente, el uso de estas monedas digitales se ha normalizad hasta tal punto que, en ámbitos tan populares como los juegos de casino online, y en plataformas de referencia como Vegas Slots Online, encontramos un apartado sobre criptomonedas en sus métodos de pago. Estas plataformas se han convertido en una alternativa a los emplazamientos físicos debido a la posibilidad de acceder a juegos gratuitos, ofertas, bonos y a un buen número de reseñas que nos guían en el proceso de elección del mejor casino digital. Además, el anonimato y la seguridad son muy importantes para el sector, y las criptomonedas han sabido cómo satisfacer estas demandas de los usuarios.
Otro claro ejemplo del avance en el uso de criptomonedas lo encarna PayPal. Aunque se está tratando de un avance más lento de lo esperado, la plataforma líder en pagos a través de internet ya opera con criptomonedas en varios países, entre los que se encuentran Estados Unidos y Reino Unido, y hace tan solo unas semanas anunciaban que, muy pronto, todos los usuarios que disponen de este servicio podrán transferir los fondos de monedas virtuales a otras carteras.
Entonces, ¿cómo ha afectado la aparición de criptomonedas a la economía?
Todas estas circunstancias han provocado una gran cantidad de acciones y movimientos en la economía global. Personas de todo el mundo han comenzado a invertir su dinero en estas divisas digitales, principalmente como una forma de crear una nueva línea de negocio financiero.
Debido a la seguridad y a la transparencia de la que hablábamos previamente, además de su descentralización y su capacidad de operar con ellas a cualquier hora y desde cualquier lugar, sin depender de bolsas o mercados, el cambio que ha producido sobre las operaciones económicas ha sido de gran calado.
De hecho, este cambio ha sido de tal envergadura que ha marcado un antes y un después en la manera que tenemos de entender la economía mundial, y los activos digitales se han convertido en una nueva oportunidad financiera de la que muchas personas ya han sacado una altísima rentabilidad.
En cualquier caso, resulta importante advertir a nuestros lectores de la volatilidad en los valores de estas divisas, y de que cualquier inversión debe realizarse fuera de la economía familiar y dentro de unos límites de seguridad que no perjudiquen a nuestra economía vital.