El Festival Internacional de Cine de Morelia nos trajo la película El Poderoso Victoria. Dirigida por Raúl Ramón, cuenta en su elenco con Damián Alcázar, Roberto Sosa y Gerardo Oñate, quienes se dieron tiempo para platicar en exclusiva para nuestros lectores sobre esta historia de aventuras, así como otros temas interesantes.
Comencemos con Damián Alcázar, uno de los grandes monstruos de la pantalla que no necesita mayor presentación, pues ha estelarizado tantas películas y series que difícilmente alguien no lo conocería.
¿Qué nos puedes contar sobre tu participación en Poderoso Victoria?
Todo lo que hicimos fue muy disfrutable, había unos paisajes que jamás había visto en Durango y en Jalisco. El cine te permite conocer tu país y conocer otros países; yo traté de hacerles el trabajo muy fácil, porque no soy un actor complicado, eso hace que la película sea disfrutable cuando la haces y que tenga buenos resultados.
¿Cómo se convence a Damián Alcázar para que salga en tu película?
Es fácil: con un buen guion. A finales de año me irá a filmar una película muy pobre, con muy poco dinero, pero vale la pena la historia, entonces tengo que ir.
Ya son 20 años del Festival, ¿cómo lo evalúas, tú que además eres michoacano?
Ha crecido mucho, le auguro muchos años más pero ojalá ese crecimiento se expanda a otras partes del estado: en Pátzcuaro, en Angangueo, en Tingüindín, en Jiquilpan, ¡en donde sea!
¿Qué está pasando con los apoyos al cine mexicano? Hay quien cree que este gobierno le ha fallado a la cultura…
Yo creo que hay prioridades. Lo primero es que nuestra gente tenga calidad de vida, que se pueda comer donde antes no se podía, y luego vemos si hacemos teatro en la calle, cine pobre, lo que sea. La cultura de nuestro pueblo está en sus grupos étnicos: en Oaxaca, en el norte, en Jalisco… a esa también se le tenía abandonada y hay que sacarla adelante. A final de cuentas nosotros hacemos un trabajo elitista, caro, y no toda la gente puede ir al cine, porque además se volvió muy caro. Ya habrá condiciones, pero no creas que está parado, se siguen haciendo muchas películas, como siempre con dificultades, pero se logran y salen adelante.
¿Cómo impacta el streaming en el cine mexicano?
Ayudan mucho, pero el problema es que a ciertas personas nos gusta ver el cine en la pantalla grande. Lo bueno de las plataformas es que en tres días millones de personas pueden ver tu película, en cambio, en el cine si no tuviste éxito en la primera semana, vas para fuera y ya nadie más te vio.
Roberto Sosa es otro de los pilares en la historia del cine mexicano. Aún lo recordamos en la entrañable Lolo, de Francisco Athié, pero a partir de entonces se sumaron tantas otras historias como Ángel de Fuego, Crónica de un desayuno y El extraño mundo de Juan Orol.
¿A ti cómo te convencen para hacer una película?
Con una buena historia, ese es el pilar fundamental al cual es difícil negarse. Le preguntaban a Liv Ulman qué escogía primero, si al director o al guion, y ella decía que un buen director no va a filmar un mal guion. Para trabajar en Poderoso Victoria me convenció su historia, porque habla de algo que nos hace mucha falta en el país: el trabajo en equipo. La conciencia de lo importante que somos todos en la sociedad, sobre todo en esta época donde hay tantas divisiones. Más allá de filias, de tendencias, de criticarnos y descalificarnos, el mensaje de la película es que nos unamos como país, sumar antes que denostar, eso nos hace mucho bien como país.
¿Y cómo está la comunidad cinematográfica en México? ¿La ves unida?
Como en cualquier oficio, se tiene que trabajar en equipo, porque nadie puede hacer una película solo. ¿Qué sería del cine sin la edición, sin la foto, sin el vestuario, sin el sonido y el arte? Nadie es indispensable, pero todos somos únicos. La comunidad ahí está, sacando fabulosos proyectos que no serían logradas si no hubiera buenos equipos.
¿Qué tal las nuevas generaciones de cineastas?
Tienen un potencial maravilloso. El poder femenino a través del cine ya es una realidad y hoy siete de cada diez películas tienen a una mujer al frente de un departamento, mientras que en Morelia ocho de las diez seleccionadas son dirigidas por mujeres. Ese empoderamiento y discurso tan fortalecido está siendo mucho más capaz de concretar los proyectos. Me da mucho gusto porque durante muchos años solo se elegía al hombre, y hoy eso está cambiando, es una lección maravillosa.
¿Cómo evalúas las actuales políticas para apoyar al cine y la cultura?
Siempre habrá necesidad de más apoyos, pero en una sociedad con tantas carencias de vivienda, salud, alimentos y educación, evidentemente la parte cultural se ve trastocada, lastimada. A México le hace falta muchos más recursos para la danza, el cine, el teatro, la literatura, la música, las artes visuales. El día que entendamos que la cultura es un pilar fundamental, vamos a entender la importancia que tiene el apoyo oficial. Pero debemos atacar desde abajo, desde los programas escolares, que en las escuelas se vea mucho cine para conocer la realidad del mundo. Imagina que los viernes tuvieras proyecciones en todas las primarias del país: el mundo que descubres a través del cine cuando eres niño, es maravilloso.
¿Y el streaming… beneficia o perjudica al cine?
Todo suma, negarnos a esto sería negarnos a la tecnología, como cuando negaban de la radio y la televisión. A través de estas plataformas llegas a lugares donde no hay salas de cine y muchas más personas te pueden ver, que es a lo que se aspira cuando se hace una película. Las salas de cine van a seguir existiendo, a mí me encanta ir y hacer el ritual del espacio oscuro, con la pantalla gigante, pero también verlas en mi casa, o ver en mi sala el festival de cine de Venecia, de Cannes, de Morelia. Hay mucha gente que no puede trasladarse, que no puede pagar un boleto de avión o que su condición física no se lo permite.
Uno de los mayores orgullos michoacanos es Gerardo Oñate. Hace no mucho trabajaba en una oficina de gobierno, pero por fortuna envió todo al carajo y se fue a probar en el mundo del guionismo y la actuación, con excelentes resultados.
¿Cómo pasó?
¡No lo sé! (risas) Pues fue en el momento en que escuché a quienes me aconsejaron irme, a creer en los proyectos. Estoy convencido de que es mejor subirte al tren y ya no bajarte, pensar que no hay red de seguridad y hay que poner todos los huevos en la misma canasta. Hay que creer mucho en que se puede contar buen cine comercial, en que se puede hacer mucho con poco. El guion es el rey, eso hizo que Poderoso Victoria esté aquí y que se abra camino aún sin apoyos oficiales.
¿Se puede abrir camino desde un estado como Michoacán?
Claro que sí, y lo están demostrando un montón de personas muy poderosas en el arte, algunas que se han quedado y otras que se van, pero todas muy talentosas. Festivales como el de Morelia son las plataformas para que nos vean, y a veces no necesitamos más que nuestra pluma y nuestra hoja para contar una historia. El truco es contar una historia universal desde el enfoque local.
¿Qué experiencia te dejó esta película?
Fue maravilloso porque te conviertes en una sola familia. En El Poderoso no hubo presupuesto para que cada actor tuviera su tráiler, pero pusieron uno grandote para todos dotado de comida y lugares para echarnos un sueño. Eso es reflejo de una cercanía total, porque estaba desde Damián Alcázar hasta la maquillista frente a frente, sin ninguna distinción o privilegio. La verdad es que los productores, Fabiola y Raúl, armaron una gran familia.
Poderoso Victoria sale el 24 de noviembre, ¿cómo invitarías a que la vieran?
Les va a gustar que es muy refrescante, se sale del contenido duro que a menudo vemos en el cine mexicano. Esta clase de historias te da emoción, te deja contento, te dibuja una sonrisa y es para toda la familia, es una aventura llena de colores con un mensaje de mucha unión, de creer en nosotros mismos.