Los hay en Nueva York, Montreal, París, incluso México, están por todos lados, todos nos quejamos de ellos y poco provecho les hemos sacado. Claudia Ficca y Davide Luciano, fotógrafos canadienses, aprovecharon los baches de los lugares a los que han viajado para hacer una serie fotográfica que explora el paisaje urbano y los diferentes usos que podemos darle a un bache según sus dimensiones, profundidad, longitud y ubicación. Los usos son diversos, desde una piscina hasta un plato gigante de espaghetti.
