I
Me enfilaba rumbo a la llamada #GranFiesta de Salvajenada cuando a medio camino me percaté que una voz muy conocida retumbaba en la vía pública. Era Andrés Manuel López Obrador, el inventor de Morena y ex militante del PRI y el PRD, quien reunido con no más de 500 personas en el Obelisco a Lázaro Cárdenas afirmaba que “solo el pueblo puede salvar al pueblo” y que los medios de comunicación todos los días lo entrevistan pero casi nunca publican nada: “Es que me andan venadeando, si cometo cualquier error entonces sí salgo hasta en el Canal de las Estrellas”.
II
Llegué a #LaGranFiesta de Salvajenada cuando ya había tocado Walter Esaú, a quien vi muy feliz porque su sesión había resultado un éxito en el escenario alternativo que se ubicaba frente al Jeudi 27, sede principal de este festival especializado en reunir a lo más prometedor y consolidado de la escena indie mexicana. A esa hora, más o menos como las 8:00 pm, ambos edificios ya empezaban a llenarse con fans sedientos de sonidos realmente alternativos, lejos de esa generación muerta en vida representada por Café Tacvba o Molotov. Un poco despistado en cuanto al orden de las presentaciones, escuché a Forecast in Rome con un sobrio estilo ambient en el escenario secundario, atestado por unas 50 personas que reconocían con aplausos al creador de temas como Desventaja y Prismal.
III
En la explanada del Obelisco, López Obrador insistía que el principal problema de México es la corrupción, que por culpa de esos malos gobernantes el dinero se esfuma de nuestras manos. “Miren cómo están los campesinos, los obreros, los estudiantes, no hay buenos ingresos porque esos corruptos se roban el 10% del presupuesto nacional”. Su tesis fue ratificada cuando un señor fracasaba en su labor por vender copias pirata de películas como La dictadura perfecta, el documental Fraude y unos calendarios (esto sí originales) con los logos de Morena. En efecto, la gente anda tan pobre que no trae dinero ni para comprar suvenires de López Obrador.
IV
Cuando regresé al escenario principal me dijeron que ya había tocado Expedición Humboldt, una de las nuevas bandas de las que los especialistas indies hablan maravillas. Carajo, me estaba perdiendo ya de platos fuertes del festival, y todo por hacer esa parada en el mitin de Obrador. Contrariado, fui por una cerveza y como por acto de magia el Jeudi 27 ya estaba atascado, no sé cómo pasó pero decenas de hombres y mujeres subían las escaleras para atestiguar el set de Minor Shadows, un dueto que experimenta con sonidos ambientales, electrónicos y rockeros, lo suficiente para que la noche comenzara a sentirse como algo casi inédito en esta ciudad de bares con bandas de covers.
V
“Vine a Morelia para decirles que ya no estamos en el PRD, porque sus dirigentes traicionaron a la patria, se vendieron con Peña Nieto. Ahora somos Morena, no se les olvide y no se vayan a confundir”. La voz de AMLO era estridente, por momentos parece un tipo que grita verdades religiosas en una plaza pública, y como tal, sabe captar la atención de su auditorio, que al menos para este caso, no tenía pinta de acarreados: ahí estaban jóvenes, viejos, campesinos y estudiantes, todos escuchando sus comparaciones entre la política mexicana y un libro de León Tolstoi, todos oyéndolo decir que sí se puede generar un cambio y vivir sin corrupción, como pasa en Suecia, Noruega o Finlandia.
VI
Ante el gentío, era difícil estar cambiando de un escenario a otro, por lo que renuncié a ver los shows de Bad Lalo vs Bofo 100 y The Neon Overdrive (ahora que los escucho, creo que fue lo mejor del cartel). Esperé el arribo de Vaya Futuro, que luego de unas cuantas fallas técnicas solventó su presencia con guitarras distorsionadas que han hecho de Ideas a medias un disco respetable en el circuito independiente. Ya a esas alturas el Jeudi estaba a su máxima capacidad, pues según me enteré, los organizadores vendieron las 500 pulseras disponibles. Cuestión de enfoques: el mitin de AMLO lucía desolador con la misma cantidad de público, mientras que #LaGranFiesta era eso, una gran fiestota donde ya nadie cabía. Vaya Futuro demostró sí tenerlo, su propuesta casi siempre va de menos a más, lo que podríamos comprobar solo con escuchar temas como Tu forma de (vomitar).
VII
Cuando asistes a un mitin de AMLO ya sabes qué va a decir y cómo lo va a decir; es tan predecible como un concierto de Molotov. En ambos casos, si eres bien fanático saldrás contento, pero si eres perspicaz, tal vez saldrás con la sensación del déjà vu, de haber perdido tu tiempo. Para el caso veo videos en YouTube, al fin que será lo mismo.
VIII
Ir a una fiesta como la de Salvajenada, en cambio, es asistir a una noche distinta, donde nada está prefabricado. Acá se cocinan los nuevos ídolos, como ese cuarteto de Little Jesus, amados y venerados por un público que cantó a ojos cerrados y mucho sudor temas como Químicos, una rola de lo más pop en su música pero reveladora en su letra, el viaje por círculos confusos, la luz apabullante que hace perder la calma e ir al revés. La misma reacción ocurrió con Pesadilla, Azul y Norte, la más popular de sus canciones y que toda la hinchada pedía desde el inicio.
IX
Total que llegué cuando el mitin de AMLO ya había comenzado y me fui antes de que terminara. También llegué tarde a #LaGranFiesta de Salvajenada y no la pude resistir en su totalidad, porque el calor de 500 personas en un sitio tan pequeño y de escasa ventilación no es para un adulto mayor como yo.
Lo bueno es que si López Obrador gana la presidencia, dijo, habrá mejores pensiones para los ancianos.
Y los jóvenes también serán felices, dice AMLO.
No sé si con él, pero lo serán más si siguen escuchando a bandas como las que se presentaron en la Salvajenada.