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Autor: Armando Casimiro Guzmán
Docente con pasado economista, aunque hace un tiempo le tiró a la astronomía. Nunca vota en las elecciones y prefiere los libros en papel. También ve mucho, mucho cine.
Uno de los blockbusters más esperados del verano ha sido indudablemente El planeta de los simios: Confrontación (Dawn of the planet of the apes, 2014), segunda entrega de la serie iniciada en 2011 con El origen del planeta de los simios (Rise of the planet of the apes), que dirigió el inglés Rupert Wyatt, una última parte, que cerraría la trilogía, está proyectada para exhibirse en el 2016.
Sin hacer mucho ruido y en más salas de las que cabría esperar, se presentó la cinta independiente Casi un gigoló (Fading gigolo, 2013), quinto largometraje que firma desde la silla de director, el también actor neoyorquino John Turturro.
Una de las películas más esperadas de la sección de estrenos internacionales en la más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Morelia fue Balada de un hombre común (Inside Llewyn Davis, 2013), decimosexto largometraje que firman en conjunto los hermanos Joel y Ethan Coen.
Después de haber formado parte de la 55 Muestra Internacional de Cine llegó a la cartelera, en muy pocas salas El rey del erotismo (The look of love, 2013), largometraje número veintidós que firma el prolífico realizador Michael Winterbottom desde su debut como cineasta en 1992.
Llegó la hora de compartir las críticas a varias películas que se mantienen en cartelera: El rey del erotismo, Balada de un hombre común, Casi un gigoló y El planeta de los simios, la confrontación.
La segunda entrega de Ninfomanía sigue en salas, lo mismo que Paraíso, de la mexicana Mariana Chenillo. Ambas son analizadas por nuestro cinéfilo más asiduo, quien de paso nos cuenta sobre el desastre de Trascender, el mérito de La bicicleta verde y la rescatable Joven y Bella.