Boletin
Recibe las últimas noticias de Reves sobre arte, cine, letras y mucho más.
Autor: Jesús Janacua Benites
Originario de Paracho, Jesús Janacua Benites es licenciado en psicología y maestro en filosofía de la cultura por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
No había en aquel pueblo, mi pueblo, calle concurrida, ni cohetes que anunciaran la fiesta grande. No había fiesta grande, nunca la hubo. Había muerte y hálitos de abandono y soledad. Las cocinas, olvidadas, estaban ahora empolvadas. Sólo las moscas, mensajeros del abandono, volaban alrededor de los fogones que contenían los restos de cenizas y carbón, rastros del último almuerzo. Cacerolas, ollas, platos y cucharas estaban en su lugar. Sin usarse, sin sus dueños, perdieron todo el sentido. Al medio día, sólo los rayos del sol atravesaban las tablas de las cocinas de madera solitarias. Si alguna vez se oía…
El dolor me despertó durante la noche. 3 am. No comenzó como otras tantas veces en que se anunciaba como un pequeño tirón que se acrecentaba poco a poco hasta que me hacía tomar dos pastillas analgésicas. No. Esa vez fue un fulminante rayo friolento que hizo que me revolcara en la cama azotándome después en el suelo. Me levanté para ir a la cocina en busca de pastillas, tabaco o alcohol. Nada. El esfuerzo, en cambio, fue abrumador: cada paso era un retumbar agonizante. El tiempo pasaba más despacio que de costumbre. Las experiencias dolorosas de la vida me…
El poeta se había levantado temprano aquella mañana de abril seguro de que el país estaría orgulloso de él. Se anudó la corbata como quien lo hace a diario, con seguridad y soltura, mientras se veía a sí mismo en el espejo aquellas arrugas que eran el producto de noches enteras de desvelo por la lectura de cientos de volúmenes de crítica literaria, novelas, ensayos, poesía y la matutina lectura de los diarios nacionales e internacionales. A la poesía, que era su predilecta, siempre le dedicaba las primeras horas de la noche aunque últimamente le costaba más trabajo. Leer a…
A los cuarenta y pico años de edad mi padre se dio cuenta de que ya no quería seguir viviendo con mi mamá y, mi mamá, por su parte, admitió que ella se había dado cuenta de eso ocho años antes, es decir, cuando ambos, mi padre y mi madre, tenían treinta y siete años de edad. Por aquel entonces yo tenía catorce años y no tenía conciencia plena de lo que pasaba con mis padres. Tiempo después, sin embargo, fui siendo cada vez más capaz de ver los desplantes y descalificaciones que mis papás se hacían de manera mutua.…
“Si Dios no existe todo le está permitido al hombre”, sostenía Dostoievsky en una de sus novelas más leídas: Crimen y castigo. Nietzsche, en cambio, distinto a Dostoievsky, no cuestionó ni afirmó la inexistencia de Dios. A través de Zaratustra, personaje central de sus reflexiones, anunció la buena nueva: “Dios ha muerto”. Las implicaciones políticas y sociales de la sentencia nietzschiana son diversas. Sin embargo, de las consecuencias más observables son, sobre todo, la irrupción de lo relativo y la decadencia de lo absoluto y, con ello, de todas las figuras de autoridad. La muerte de Dios vaticinada por Zaratustra…
Llegamos al Ministerio Público a eso de las cuatro de la tarde. Yo estaba terminando de comer cuando me llamó Cedeño, un compañero de trabajo un tanto extraño que se daba aires de superioridad y grandeza gracias al enorme y deforme cuerpo que había adquirido en el gimnasio y que aprovechaba para humillar siempre que te saludaba de mano. –Rolando, ¿no vas a venir? –Me increpó–. Acá estamos todos, tenemos que poner la denuncia para que hundan a estos cabrones y acá sólo nos faltas tú. Horas antes nos habían asaltado y la policía, ¡vaya milagro! los había atrapado.…