En Café de Otoño, ópera prima del abogado Mauricio Cruz Navarrete, Diana y Yuritzi son madre e hija que intentan reconstruirse en medio de facturas pasadas, pero habrán de encontrar a un tercer personaje que da un viraje a sus planes.
Entrevistado para saber más detalles de esta novela, el autor afirma que la historia tiene como punto de partida el perdón, además de afrontar errores que mantuvo distantes a las protagonistas. En ese punto de reencuentro es que conocen a César, un reportero que vive frustrado por una carrera estancada, pero que ahora tiene la oportunidad de entrevistar al narcotraficante más conocido de México.
Como rol secundario está el de Alberto, un hombre que transita entre el cielo y el infierno y quien pone los obstáculos para alcanzar la felicidad anhelada.
“El Diablo es un personaje de la novela, tiene sus propios intereses y está planteado como un ser que se infiltra en Alberto. A partir de ello el libro se pregunta quién es Dios, si realmente ejercemos el libre albedrío o si obedecemos a nuestros instintos”.
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Tal reflexión surgió porque Cruz Navarrete ha ejercido una carrera de abogado, fiscal y juez de Control, donde ha visto actos atroces que a veces parecen inexplicables.
Para que la historia no cayera en lo inverosímil, el autor pone sobre la mesa las creencias en deidades y demonios, algo cotidiano en un mundo occidental con altas dosis de fe. “Hay sectores de la sociedad que aceptan la presencia de Dios y el Diablo y ahí es cuando nos preguntamos cuál es el papel de los seres humanos”.
Escrita en el periodo de pandemia, Café del Otoño ya tuvo una fase de preventa y a partir de la próxima semana se podrá adquirir en diferentes puntos de la ciudad. También se puede solicitar en las redes de la editorial Elementum.