Por Armando Casimiro Guzmán
El último día de actividades de la sección de largometrajes mexicanos se reservó para Club Sándwich (2013), tercera película del cineasta Fernando Eimbcke, que fue recibida con entusiasmo en la función de prensa de este viernes. Cabe recordar que dicha sección en competencia se amplió para recibir a todos aquellos cineastas que se hayan formado en el marco del FICM (antes solo se aceptaban aquellos que presentaran primeros o segundos trabajos).
Club Sándwich fue escrita y dirigida por el propio Eimbcke, quien en el 2004 debutó con la comedia Temporada de patos y hace cinco años presentó la menos conocida Lake Tahoe. El cineasta se inspiró después de observar la relación que guardan algunas de sus amigas con sus hijos adolescentes. En el filme vemos a la familia formada por Paloma, una madre soltera y su hijo Héctor, con quien sostiene una relación muy especial, juntos deciden tomar unas vacaciones en un modesto y solitario hotel de Huatulco. En ese lugar conocerán a Jazmín, una callada chica que de manera inconsciente competirá con Paloma para captar la atención de su hijo.
La película comienza lento, con el estilo ya característico de Eimbcke, se toma su tiempo para presentar los personajes, pero cobra fuerza a partir de que aparece en pantalla Jazmín, ella despertará los impulsos sexuales de Héctor, que ya para ese momento están a flor de piel. Aunque el par de chicos son quienes aparecen más tiempo en la pantalla, el enfoque viene desde el punto de vista de la madre, quien iniciará una batalla perdida al tratar de separar a los jóvenes que se buscan, para finalmente aceptar que la vida debe seguir su curso y que la relación con su hijo nunca volverá a ser la misma.
El elenco está conformado por María Renée Prudencio (a quien también vimos en el rol de madre en La vida después), junto a los debutantes Danae Reynaud y Lucio Giménez Cacho (éste último hijo del gran actor mexicano). El director aprovechó la ocasión para resaltar el trabajo de María Renée con los jóvenes actores, a quienes apoyó y guió en todo momento para lograr el resultado que se había propuesto.
Club Sándwich llegó a México después de participar en los festivales de Toronto y San Sebastián (donde ganó la Concha de Plata al mejor director), a partir de ahora comienza su agitado periplo festivalero en las principales capitales del orbe. Es una película pequeña, una comedia callada que no disfrutará el espectador impaciente. Pero por lo pronto comenzó con el pie derecho, pues desde temprana hora ya estaban agotados los boletos para la primera función abierta al público. No hay que descartarla como una de las posibles ganadoras del premio que ofrece el FICM.
