RELATOS VISUALES
Hablar de una exhibición que ya no es posible visitar puede motivar varias interrogantes y también aparentar sinsentido. Es costumbre hacer referencia a exhibiciones cuando éstas están por ser inauguradas o aún se encuentran dispuestas a ser visitadas; siempre sucede que cuando una exposición ha sido desmontada, sencillamente pasamos a lo que sigue, los museos (los buenos museos) hacen el archivo completo de la muestra y comienzan los preparativos para la siguiente, y los públicos se quedan con lo que más les significó y fin.
El curador cubano Gerardo Mosquera menciona que una exposición debe estudiarse como una entidad en sí misma, puesto que es significante, es construcción de sentido, un mensaje que responde a visiones, intereses, posturas ideológicas y políticas, implica un recorrido dentro de un espacio determinado y es desvalorizada por darle mayor importancia y atención (a primera vista, y sin demeritar) al artista y a la obra de arte; la obra no llega por sí misma a los ojos del público y el espacio que lo contiene está actuando siempre sobre la obra, hay una mutua e innegable relación obra/espacio.
Así se destapa la importancia y necesidad de iniciar labor historiográfica de las exposiciones, sobre todo las temporales, estudiar y registrar el impacto real de una exposición ante la sociedad, medir los resultados; la historia del arte se ha constituido esencialmente a partir del análisis de las obras en sí (explica Mosquera) y existe otra manera de abordarla a partir del estudio de las exposiciones, ya que éstas tocan temas de interés social y pueden convertirse (ya lo son) en referencia histórica.
En base a estas ideas es que decidí redactar un texto sobre De qué hablan las muñecas de la artista visual Fabiola Rayas. Es un proyecto apoyado por el Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Michoacán (PECDA) emisión 2014-15 en la categoría “Jóvenes Creadores”, estuvo en exhibición en la Galería David Alfaro Siqueiros de la Facultad Popular de Bellas Artes (UMSNH), cuya inauguración se llevó a cabo el viernes 05 de junio y permaneció tres semanas abierta al público. Quienes no tuvieron la oportunidad de verla, podrán hacerlo en agosto, cuando sea montada en una de las salas del Centro Cultural Antiguo Colegio Jesuita de Pátzcuaro.
A lo largo de su trayectoria artística Fabiola ha trabajado pintura, instalación, fotografía y arte objeto, medios con los cuales desborda una constante temática hacia la violencia (en general), problemas de género, desaparición, deshumanización, tortura y muerte de la mujer mexicana. Previo a De qué hablan las muñecas, Fabiola realizó la muestra El cuerpo desaparecido, cuyo tema principal es la desaparición de la mujer mexicana y el uso de su cuerpo como objeto de tortura, la posición de sus familiares ante la ausencia, los casos de desaparecidas desde 1960 y la importancia de mantener el ejercicio social de la memoria a todas las mujeres desaparecidas, para no olvidar.
“Conforme me he ido formando en mi búsqueda plástica he ido encontrando el camino de abordar esta inconformidad y tal vez necesidad de encontrar dentro de mis pérdidas, las pérdidas de alguien más.” El cuerpo desaparecido– Fabiola Rayas.
En sentido estricto y obvio, las muñecas son juguetes. Objetos inanimados a los que se les atribuyen cualidades femeninas, objetos hechos para uso (casi) exclusivo de las niñas, quienes podrán recrear algunas labores propias de la maternidad y comportamientos propios de la mujer (aquí se abren caminos extensos y variados de discusión). Las muñecas son tan antiguas como la propia historia de la humanidad, y si no fueron usadas como juguetes fueron útiles en ritos mágicos, fúnebres y didácticos. Una muñeca puede ser la mejor amiga y confidente de la infancia, o bien la peor pesadilla, el peor recuerdo, o aquello que nunca figuró en la habitación.
Dando continuidad al trabajo con el tema femenino, el proyecto de Fabiola se concentró en el diálogo e intercambio con 13 mujeres, mujeres cercanas a ella. Cada una narró su experiencia con las muñecas, si tuvieron una o no, su nombre, aspecto, historias… cada mujer tiene una historia inigualable que contar sobre su(s) muñeca(s). Durante la charla con estas mujeres, Fabiola también solicitó sus opiniones sobre la violencia de género, la desaparición forzada y la historia de su primera menstruación, su sexualidad e identidad. De este proceso realizó registro fotográfico y de audio.
Producto de estas charlas, Fabiola realizó los retratos de las 13 mujeres que entrevistó, mujeres con o sin muñeca, dependiendo el caso; y el retrato de una muñeca solitaria. Estos retratos en óleo, temple y encausto sobre tela o madera, son muy íntimos, la personalidad de estas mujeres se desborda entre luces y sombras, sosteniendo en sus manos la muñeca que las acompañó o bien su ausencia. Las historias con muñecas remiten a la infancia, y aquí vemos a las mujeres, no a las niñas, esa infancia está contenida en sus manos, en sus miradas, en su ser ahora. En la exhibición cada retrato iba acompañado de una fotografía de la modelo.
La pieza tridimensional Infancia rota, una muñeca de papel maché, contenida en una elegante caja de terciopelo, oculta una realidad desgarradora cuando se contempla a una muñeca desmembrada, hace hincapié en las situaciones y experiencias de las niñas que han sufrido abusos de todo tipo y que terminan por destrozar esa inocencia propia de la edad, su vida. La muñeca que germina, otra pieza tridimensional aborda el tema del canon estético imperante y agobiante del bello corporal; una enorme muñeca de manta apretujada (hostigada) en una mediana caja de madera y vidrios, su cuerpo esta relleno de tierra y semillas, las cuales han germinado en determinadas zonas, zonas que la mayoría de las mujeres depila u oculta.
Una instalación de tres muñecas de manta acompañó la muestra, cada una de ellas con detalles particulares. La primera, una muñeca con cabello real de diferentes mujeres tenía escrito en todo su cuerpo los nombres de muchas mujeres desaparecidas en el país; la segunda, tenía bordados y diferentes relatos de las 13 mujeres entrevistadas sobre su primera experiencia con la menstruación; la tercera es una muñeca hecha acorde con los atributos propios de una “mujer perfecta”.
El proceso creativo de Fabiola durante la realización de este proyecto se registró en dos bitácoras, cada una de ellas contenía diversas reflexiones respecto a la exposición, ideas, muestras de los materiales que se utilizaron en la realización de las obras, etc. a manera de libros de artista, podían ser consultados y estudiados con guante en mano.
El presente relato me ha permitido hablar de una exposición que iniciará itinerancia en agosto, y me ha permitido de igual manera abordar una exposición ya desmontada con el mismo tono de importancia que merece una exhibición abierta al público. Si el ejercicio de la memoria es un tema medular en la obra de Fabiola, qué mejor que hacer lo propio con una exhibición suya.
“…El trabajo de Fabiola, cuando lo vemos completo, se incluye en la discusión fenomenológica sobre el sentido y la corporalidad que en sus manos toman un tinte político. Habitamos un mundo, residimos en él, pero eso no es suficiente para entender ¿cómo? y más importante ¿por qué residimos en él? Para responder a estas preguntas hay que construir el mundo dado y eso sólo puede hacerse a partir de encarnar un cuerpo; esta encarnación, nos muestra Fabiola, está atravesada por los dolores de estar viva, por la nostalgia que nos deja ese dolor. Fabiola sabe dónde buscar esa nostalgia y la trae a presencia: Cuerpos inconclusos, rostros fuertes, miradas penetrantes.”
–Said Soberanes
“De qué hablan las muñecas”
Texto de sala