Hay discos que lo enganchan a uno de inmediato, que lo atrapan y se vuelven básicos del acervo personal; para su servidor, tal es el caso del álbum que en esta ocasión recomiendo: Out among the stars, obviamente de uno de mis héroes personales, Johnny Cash.
Lanzado en 2014, se trata de un disco póstumo hecho con material de diferentes sesiones entre 1981 y 1984. Resulta curioso que en la década de los 80, cuando a Cash ya se le consideraba un cantante en franca decadencia, se hayan grabado temas que 20 años después conformarían un disco perfectamente bien producido, bien cohesionado, lo cual hace pensar que eran canciones destinadas a encontrarse y conformar un disco con el que Cash, desde ultratumba, nos da una pequeña gran lección: nunca menospreciar a un viejo vaquero (es como si de repente los críticos se pusieran de acuerdo y aceptaran que Soft parade, de The Doors, es un gran disco, sólo que en él no están Light my fire ni The end y por eso lo han infravalorado).
Bueno, el caso es que Out among the stars nos ofrece a un Johnny Cash pleno, maduro, country pero también baladista, con letras muy bien pensadas y arreglos que no desmerecen entre sí ni respecto de otros discos del Man in Black. Así, mientras al escuchar The fabulous Johnny Cash, de 1959, los copetes pueden llegar a levantarse y las cervezas pueden ser destapadas casi compulsivamente, con Out among the stars se antoja más llegar a casa, servirse un whiskey, prender un cigarro y sumirse en el sillón, y es que Cash no es un cantante de grandes aspavientos, sólo letras llegadoras, una voz de vaquero sumamente varonil y arreglos que lo envuelven a uno llevándolo por esas historias, como la que se cuenta en Out among the stars, primer track que además da nombre al disco, en el que se narra cómo un tipo entra a medianoche a un licorería para asaltarla, pues dice Cash que “He can’t find a job but Lord, he’s found a gun”. Una historia de tantas similares, de hecho en este momento recuerdo que en The chronic (creo que de 1992), de Dr. Dre, se contiene uno de los más bellos G-Funk que se hayan hecho, Lil’ ghetto boy, que narra una situación parecida.
Los duetos que Cash hizo con su esposa, June Carter, no son nada nuevo, de hecho la discografía de Johnny está llena de ellos, pero Baby ride easy tiene un encanto especial, quizás el ritmo más dulce, probablemente por el hecho de que es más un diálogo que un dueto, en el que se ponen de acuerdo sobre lo que puede influir en su relación. Si a eso le sumamos un banjo exquisito en el inter, pareciera que la canción la cantaron en el porche de una casa de campo. Sencillamente hermoso.
Temas como If I told you who it was o Tennessee tienen impreso ese encanto de Cash para contar historias como anécdotas en torno a una fogata, como esas confidencias que sólo entre los mejores amigos se dan, como cuando conoció a la estrella femenina de la música country y casi la conquista, o como cuando platica de la casa que tiene en el campo y a su mujer le pide que invite a sus padres porque puede que les guste la vida del campo.
Y es que este hombre tenía la habilidad para narrar situaciones tan humanas que no necesitaba imágenes demasiado rebuscadas (ya eran fuertes en sí, puede escuchar The wanderer como referencia) ni arreglos musicales apabullantes. No, en Johnny Cash encontramos a un hombre con su guitarra, sus vivencias y demonios, tanto que hubiera sido interesante escuchar alguna colaboración con Leonard Cohen, tomando en cuenta que el VH1 Storytellers que hizo en 1998 con Willie Nelson es una auténtica joya.
Y en esa tónica de las historias que Johnny Cash narró tan bien en sus canciones, el sencillo de este disco y que gracias a él tuvo gran aceptación, uno de los temas más hermosos que he escuchado en voz de The Man in Black: She used to love me a lot.
Imagine usted que un día la ve y está sola. Usted la ama todavía, ella lo amaba a usted, eran la pareja perfecta pero algo no funcionó. Después de tanto tiempo sin haberse visto, platican, se siente la empatía, se conocen tan bien que a usted no le costaría mucho intentar seducirla de nuevo. Pareciera fácil que se dé un reencuentro pero ella se levanta, tal como lo narra casi al final de la canción: “Then I panicked as she turned to walk away / as she went out the door I heard her say: / Yes I’m in need of something, / but it’s something you ain’t got / but I used to love you a lot”.
Este tema, además de la versión original, con un arreglo un tanto melancólico (el video oficial es muy bueno), al final del álbum encontramos un remix que Elvis Costello hizo, imprimiendo una atmósfera más sombría y que fue la que me dio la curiosidad sobre cómo se habría escuchado Cash junto a Cohen, pero eso ya no puede ser. En fin, salud y que Cash los acompañe.