Por Alejandra Quintero
En los pasados días se han dado a conocer comunicados de prensa tanto de First Majestic Silver Corp, a través de su filial mexicana Minera Real Bonanza, como del Consejo Regional Wixárika. Los primeros anuncian, junto con el gobierno federal, con gran orgullo la cesión formal de 761 hectáreas de concesiones mineras al Gobierno de la República, a raíz de estas declaraciones los wixárikas dan a conocer su posición de manera clara: “First Majestic Silver Corp, a través de su filial mexicana Minera Real Bonanza, cedió al Gobierno Federal (no al pueblo wixárika ni a los habitantes de Wirikuta) un lote minero de 761 hectáreas que corresponde a la concesión de Minera Real Bonanza (lote minero Bonanza3 fracc 8 Título 234874, cuya concesión es para polimetálicos), el mismo que ha ofrecido desde enero de 2011 y que el pueblo Wixárika no aceptó por considerar que Wirikuta no es sólo el cerro Quemado, sino que la constituyen por lo menos las 140 212 hectáreas en su integridad. El lote de Real Bonanza fracción 8 es zona estéril sin mineralización económica, y parte de una zona que no estuvo en los planes de explotación minera de FMS. En realidad el proyecto de explotación de la empresa queda intocado en el esquema gubernamental.”
Al parecer la mediatización de esta información, por parte del gobierno y las mineras, se aprovecha justo en los días en los que estaba próximo el Wirikuta Fest, el cual se está llevando a cabo hoy 26 de mayo en el Foro Sol de la Ciudad de México, apoyado con un cartel de artistas como Enrique Bunbury, Café Tacvba, Julieta Venegas, Caifanes, Calle 13, entre muchos otros.
Un breve resumen…
Entrando en el contexto del problema, este surge en el 2009 cuando con el proyecto “La Luz” de First Majestic Silver Corp, a través de su filial mexicana Minera Real Bonanza comenzó con diversos estudios para extraer plata en un futuro no muy lejano, el 2014.
La zona de 140,000 hectáreas que defienden los huicholes como territorio sagrado, no solo tiene base en cuestiones cosmogónicas, este lugar comprende la planicie y la Sierra de Catorce, donde habitan numerosas especies animales y vegetales, algunas en peligro de extinción como el águila real. “Wirikuta es parte de la Red Mundial de Sitios Sagrados Naturales (UNESCO 1988) y está en la lista tentativa para ser Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad. Es Reserva Ecológica, Área Natural protegida y sujeta a conservación ecológica: Reserva Natural y Cultural de Wirikuta.”
A lo largo de la historia de México se han vivido saqueos importantes de las tierras sagradas, los lugares que nuestros antepasados formaron a través del conocimiento, los valores y el amor a la naturaleza. Constantemente se habla del respeto que debe existir entre los seres humanos, el respeto a la libertad de creencia, de pensamiento, de acción, dentro de los marcos legales que rigen nuestro país, sin embargo, es una palabra que a veces resulta utópica.
Declaraciones como esta: “La minería ya no es como antes y muchos de los que protestan ni siquiera conocen el proyecto. Pero respetamos al concierto y a la gente que se manifiesta. Muchos de los que integran el Frente en Defensa de Wirikuta ni siquiera son de la zona”, por parte de Juan Carlos González, administrador de la Minera Real Bonanza, hacen dudar de los argumentos legítimos bajo los que se cobija esta minera y el gobierno federal mexicano. Una vez más la descalificación, a través de una supuesta “relación de respeto”.
La petición legítima y única, es el cese de las concesiones a empresas mineras, el respeto a una zona protegida, pero lo único que aparecen son soluciones parciales disfrazadas de buenas intenciones, dádivas de un territorio que pertenece a los huicholes, no a las mineras extranjeras.
En realidad no es extraño que la información que el gobierno federal proporciona sea bastante escuálida, sin embargo, ante esto el pueblo wixárika no cede, no guarda falsas esperanzas en el 0.5% del territorio “cedido”.