Por Mar Proud
Con la tecnología de nuestro lado, hemos podido realizar una charla remota con Eduardo Rubio, artista mexicano basado en Madrid. Su trabajo es un poco loco, un tanto abstracto y otro poco tanto mexicanísimo, se puede leer en su discurso pictórico su ascendencia latina. Orgulloso y humilde a la vez, presenta su «Lado B».
¿De dónde eres?
Nací en la Ciudad de México pero viví 17 años en Morelia, así que me puedo considerar chilango y moreliano en igual porcentaje
¿Cómo llegas a Madrid y hace cuanto tiempo?
Vine a España por primera vez en el 2000 a pasar unos meses junto con la que en ese entonces era mi mujer y repetimos cada año hasta que finalmente decidimos quedarnos en Madrid a finales del 2007
¿Cuáles fueron tus primeros pasos dentro del mundo de las artes plásticas?
Como a la mayoría de los artistas me gustaba mucho dibujar desde niño, además mis padres pertenecían a una secta religiosa de esas que te hacen pasar horas y horas escuchando sermones tres o cuatro veces por semana. Yo me aburría tanto con el sermón que me pasaba las horas dibujando, llegó un momento en el que le dijeron a mis padres que ya era lo bastante mayor como para seguir dibujando y que lo propio era que dejara el cuaderno en casa y pusiera atención al discurso, entonces dejé de asistir, pero continué dibujando.
Después, ya en Morelia, comencé a frecuentar el taller de Rafa Flores en la Casa de la Cultura y después el estudio del maestro Zalce. Poco a poco se convirtió en algo más serio y comencé a buscar talleres y cursos más teóricos fuera de Morelia y de México.
¿Qué técnicas y materiales utilizas para realizar tu obra? ¿Por qué?
Utilizo materiales convencionales y poco ortodoxos en igual medida, porque creo que todos son válidos, lo mismo con las técnicas
¿Qué movimientos artísticos y artistas inspiran tu trabajo? ¿De qué manera?
Es muy difícil para mí decir: “estoy influenciado por este u otro movimiento, o por este artista en particular”, creo que cada siglo y cada movimiento a través del tiempo tiene sus logros y sus cúspides y los mismos ya son cosa de otro siglo, por otra parte, la lista sería casi interminable, y dependiendo del momento me intereso más por una cosa o por otra y a lo mejor estoy una temporada estudiando los grabados de Durero y después el arte Lowbrow o la escuela contemporánea de Leipzig, y la verdad es que no sé de qué manera me pueden influenciar, pero seguro lo hacen.
¿Cómo ha cambiado tu trabajo desde que comenzaste hasta el día de hoy?
El trabajo como cualquier disciplina, es decir, algo que se hace todos los días, va cambiando lenta pero constantemente, igual que el cuerpo de una persona, más gordo o más flaco o con pelo largo o calvo; la única constante es el tiempo. Supongo que mi trabajo ha ganado en calidad y madurez, a pesar de que hay temas recurrentes ahora es menos ilustrativo, más sutil en el discurso pero visualmente más fuerte (eso espero).
¿Cómo lees una obra plástica, como compendio o por sentimiento?
Depende de la obra, la definición de arte está en constante evolución, así que hay muchos tipos de lenguaje, hay trabajos que me gustan porque cuento con información previa para entenderlos, algo parecido a creer para ver y aun así soy capaz de disfrutarlos, y hay artistas que hacen poesía visual, creo que ese tipo de obra incide más en los sentimientos que en el plano intelectual. Ambas son buenas pero siempre prefiero algo que me mueva, que me haga sentir.
¿Pintura para comunicar historias o como medio de catarsis personal?
Preferentemente ambas.
¿Cómo percibes el movimiento artístico mexicano? ¿Mantienes alguna relación con éste?
Efervescente, lleno de energía y mejor de lo que muchas veces nos pensamos los propios artistas de México. Mantengo relación con muchos artistas mexicanos principalmente por amistad.
¿Cómo comparas a México y a España creativamente?
Hay un dicho en España que me gusta mucho: “No hay que juntar las conchas con las merinas” y en este caso comparar a México con España sería como comparar las conchas con las merinas.
¿Cómo describirías tu trabajo artístico?
Constante y orgánico.
Platícame de tu proyecto más reciente «Plan B»
Un plan b tiene que ver con la necesidad, pero también con la disponibilidad de adaptarse a cambios repentinos, tiene que ver con flexibilidad pero también con ilusión y esperanza.
Es evidente que el mundo está atravesando por una crisis económica y en España es la más grave que se ha vivido a la fecha; todo está cambiando y empezamos a vivir nuestras vidas en el mejor de los casos en una especie de plan b que ya se antoja demasiado largo.
En muchas ocasiones el hilo conductor de mi trabajo ha sido la denuncia, sin embargo me parece que la gran mayoría de las personas hoy en día son consientes de que el sistema está caduco, de que es increíblemente injusto y de que ya no se sostiene, por lo tanto, denunciar esto para mí pierde sentido. Así que decidí comenzar con esta serie de trabajos en los que tomo como referencia la saturación y contaminación visual que podemos ver en las calles, en las pantallas de las computadoras y en los televisores; logotipos y marcas que representan macroempresas sin escrúpulos, dulces y refrescos que envenenan a la gente, medicamentos diseñados no para curar si no para mantener enfermedades crónicas y de esa forma no perder clientes, partidos políticos descaradamente corruptos. Descomponerlos y reconvertirlos en elementos pictóricos y compositivos llenos de luz y energía positiva, me parece la mejor forma de abordar esta problemática desde mi humilde trinchera.
¿Existe la posibilidad de llevarlo a México?
Siempre existe esa posibilidad.
¿En qué momento artístico te encuentras?
De alguna manera la situación de todo migrante facilita la posibilidad de reinventarse, incluso se convierte en una necesidad de supervivencia, eres nuevo y todo es nuevo o por lo menos un poco distinto para ti, ese es un ejercicio muy positivo porque te hace romper moldes y cuestionarte costumbres y conductas adquiridas. En mi caso ha supuesto un cambio de dirección y un aprendizaje muy importante. Estoy en un momento muy creativo, lleno de ideas y con fuerza para llevarlas a cabo, ahora escribo mucho más sobre lo que voy haciendo y eso deviene en un fundamento conceptual más sólido.
¿Que sigue para ti?
¿Quién puede saberlo?