Podrá gustarles ir o no a la feria pero a quienes nos gusta la cumbia y no podemos ir a esos bailes sonideros de la CDMX no podemos perdernos un concierto de Los Ángeles Ázules, y más como nos gusta: gratis.
Era el segundo día consecutivo de ir a la feria, un día antes se presentó Caloncho y Technicolor Fabrics. Un concierto que bien pudo ser una tocada en cualquier bar del centro. Pero la real sorpresa de esa noche sería que en la entrada decían que mi pulsera había ingresado horas antes. Les explico. Quienes fuimos acreditados como prensa para cubrir las actividades de la feria, nos fueron entregadas las pulseras un día antes de comenzar oficialmente, dicha cosa de plástico está numerada. Los primeros días nadie revisaba los números pues si traías la pulsera eras de prensa y ya. Días después implementaron un sistema donde ingresan el número de tu pulsera y corroboran después en unas hojas blancas donde hacen apuntes. Sí, no miento.
Entonces, el sistema es el gran dios que dice si ya accediste o no. Para el día en que se presentó la agrupación fundada por la familia Mejía Avante, el sistema volvió a decir que yo ya estaba adentro y más que parecerme ridículamente absurdo, traté de encontrar una respuesta. Así que llegué a estas tres conclusiones que a continuación expongo.
- Alguien vivillo clonó las pulseras de la feria. Pero, ¿para qué alguien haría eso?. Por si las dudas, si ese alguien me lee, haga paro con las de las fiestas del FICM. Ok no.
- El sistema de alta tecnología que implementaron, evidentemente no sirve.
- Hay un agujero en el tiempo por el que una Alejandra de mi pasado, la cual tiene esta misma pulsera, se me adelanta al futuro y por eso el sistema nos registra a las dos. Que somos la misma pero a la vez no. Borges, ahora te comprendo.
En fin, después de esta paradoja que me dejó realmente consternada (ajá) nos enfilamos al Teatro del Pueblo, donde ya había mucha gente bailando con la Sonora Guayanguera, originarios de Morelia, y que la verdad se encargaron de levantar muy bien el ambiente para la espera de los estelares. Mientras tocaban “Mentirosa” ya se veían varias parejitas dar vueltas, lo primero que se vino a la mente, quizá proyectándome, es que todos somos mentirosos, alguna o varias veces hemos mentido y se puede convertir en una triste costumbre. Entendí entonces por qué el sistema de las pulseras no me cree.
Después de la participación de la sonora, pasaron unos minutos para que salieran Los Ángeles Azules, de Iztapalapa para el mundo. No es la primera vez que se presentan en el recinto ferial de la ciudad pero siempre vale la pena verlos, un impecable sonido, llamaradas de fuego, mucho humo, las canciones que ya son parte de todas nuestras fiestas (no solo las bodas, no se hagan) y mucho ambiente de la gente que fue a verlos.
Las parejas se abrían espacio a pesar del terreno de tierra y piedras, muchas personas mayores con banquitos de un lado a otro para buscar el mejor lugar para verlos un poco, y con sus vasotes de michelada cómo no. A diferencia de otros conciertos aquí se iba a bailar y no a grabar con el celular. El show duró alrededor de una hora y media, que en realidad se hizo muy poco, pero no decepcionó en absoluto. Después volvieron con otras tres cumbias chilangas para que los morelianos finalmente se fueran a dormir a gusto.
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