Por Antonio H. Vargas
Sala de conciertos llamada Teatro Ocampo con sus localidades agotadas, bullicio general, una fila inmensa para acceder al recinto, de aquellos que no alcanzaron cortesías. Se perfila la recta final del Festival de Música de Morelia en su vigésima octava edición y toca el turno de la Orquesta Sinfónica de Michoacán (Osidem) para participar en tan prestigiado evento, para lo cual ha preparado piezas del compositor moreliano Miguel Bernal Jiménez. El escenario ya está atiborrado de sillas, atriles, instrumentos de cuerdas en casi todas sus medidas, piano, dos marimbas, timbales, arpa y un órgano Hammond.
El concierto inicia con Tres cartas de México, obra que fue estrenada en diciembre de 1949 por la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la batuta José Pablo Moncayo. Esta obra ganó el concurso de composición convocado en México por el Comité Nacional del Año Chopin, una obra, sin duda, con matices que reflejan al México costumbrista.
La Osidem continúa con un estreno mundial, una obra del compositor Ignacio Martínez Madrigal: Ópalos. Concierto para fagot y orquesta. El autor comenta que “es una obra llena de matices, de contrastes, diseñada especialmente para fagot que consta de tres movimientos y una gama de complicaciones propias del instrumento.” La interpretación del primer fagotista egresado del Conservatorio de las Rosas, Everardo Gastélum, resulta emotiva, según la opinión del público que lo ovaciona.
En la segunda parte se interpreta Retablo Medieval Concertino con la participación de la organista Laura Carrasco, con partitura e instrumento original y para cual fue escrita: el órgano Hammond, un instrumento basado en los principios del electromagnetismo y amplificación a través de altavoces individuales, creado por Laurens Hammond (1895-1973). Es la tercera vez que la maestra Carrasco interpreta esta obra con la Osidem.
Cierran la velada con Michoacan. Suit sinfónico, en la cual el maestro Bernal rinde tributo a su tierra natal. En esta obra el compositor toma como como base formas y generos antiguos de música de Michoacán y las adapta de forma magistral para la orquestación.
Sin duda, un concierto que dejoa un buen sabor de boca a los asistentes, quienes aplauden el buen trabajo de la orquesta, sus invitados solistas y a su joven director Miguel Ángel García.