Omar Arriaga Garcés/Guanajuato
Cada año desde el 2001 el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés y antes conocido como Expresión en Corto) rinde homenaje a las mujeres que han hecho carrera tanto en el cine como en la TV, sin que 2012 sea la excepción. Sin embargo, una de las constantes de este año en la proyección de al menos cinco filmes ha sido la violencia a la que las mujeres se enfrentan, tanto en cintas de fantasía, ficción y erotismo, como en documentales que buscan dar cuenta de una realidad que continúa siendo ardua.
En esta ocasión, “por la forma en la que ellas han representado a la mujer a lo largo de sus vidas dentro y fuera de la pantalla”, María Victoria y Delia Casanova se unieron a una lista de actrices nacionales de amplia trayectoria, tales como Isela Vega, Carmen Montejo, Silvia Pinal y Amparo Arozamena, quienes han sido galardonadas por parte la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión de México A.C. y el GIFF, con el reconocimiento anual “MUSA” y la “Cruz de Plata, respectivamente.
Asimismo, tanto la directora y fundadora del festival, Sara Hoch, como Busi Cortés, directora de esta asociación civil, reconocieron la carrera de Julie Taymor, “una mujer joven que ya ha dejado huella en el cine y en la industria del entretenimiento a través de la dirección de películas, musicales y obras de teatro”, quien fungirá como presidenta del jurado en esta edición del GIFF.
Con todo, en dos de las principales proyecciones del evento (Después de Lucía, de Michel Franco, ganadora en mayo del premio “Una cierta mirada” en el Festival de Cannes, así como Sra. Venganza (2005) del homenajeado realizador de Corea del Sur, Park Chan-Wook), la violencia contra las mujeres está más que presente.
En primer término, se trata de la vejación sistemática que una adolescente recién llegada de provincia a la capital del país experimenta en una preparatoria privada por parte de sus compañeros; un caso que, es cierto, entra en el bullying o acoso escolar, pero que de tratarse de un chico seguramente no ocurriría de la misma forma.
Aunque Sra. Venganza es una película de ficción que se enmarca dentro de una estética de la espectacularidad, apelando a partes iguales tanto a la fantasía como a un sangriento despliegue de violencia y sentimentalismo, no cabe duda que la escena en la que el maestro y la amiga de la protagonista se encuentran comiendo, cuando de pronto éste decide levantarla de la mesa, arrojarla contra la misma y violarla, es de un gran impacto y transpira buena parte de la ideología que impera en el imaginario colectivo, “como las cosas son”.
De manera semejante, en Heaven, producción holandesa de Sacha Polak, Hemel, la protagonista, es incluso golpeada por su amante de turno, a quien considera un sadomasoquista que se aburriría si no llevara al extremo sus prácticas sexuales. La función “Locura de Medianoche”, en la que se proyecta cine erótico que con seguridad uno no podría en ninguna sala de cine a lo largo de México, no es la excepción.
Varios cortometrajes ostentan la posición que, desafortunadamente, la mujer sigue teniendo como objeto sexual que el hombre desea, persigue y toma, así sea en contra de su propia voluntad. Tal es el caso del cortometraje dirigido por Kim Lysgaard Andersen, El amante sin cabeza, comedia de horror proveniente de Dinamarca en la que un amante regresa de la tumba sólo para poder completar un orgasmo; la mujer, como en una de esas cintas de zombies de los años 50s y 60s, es perseguida sin fin hasta que el muerto logra su cometido.
Ello sin contar el controvertido documental Putas o peluqueras, de la colombiana Mónica Moya, sobre travestismo y transexualidad; una puesta en escena de más de 40 minutos sobre la violencia a la que tanto las mujeres que ejercen la prostitución, así como los hombres que se visten de mujeres, son presa.
Por este motivo se vuelve necesario destacar que, aunado a un merecido homenaje a mujeres que han jugado un papel destacado en el cine y la televisión, se presenten casos de violencia en una buena cantidad de películas y cortometrajes (no se puede tomar nota de todo lo que uno ve en un festival de esta índole), lo cual sirve de contrapunto para analizar la posición de una industria que reconoce a sus figuras, pero sigue siendo el escenario de una particular forma de violencia que, a pesar de grandes esfuerzos, persiste.
Las homenajeadas
María Victoria, con una carrera de casi 50 décadas, filmó más de 60 películas entre los 50s y los 90s, además de aparecer en la serie televisiva “La Criada Bien Criada” (de 1972 a 1979). Entre su filmografía se encuentran cintas de la época de oro del cine mexicano tales como El Monte de piedad, Serenata en Acapulco, Amor perdido o Puerto de tentación.
Delia Casanova, actriz de cine, teatro y televisión por casi 30 años, participó en más de 25 películas entre los 70s y los 90s. Destacan Esperando al amor desesperado (1976); El día que murió Pedro Infante (1982); Eréndira (1983); Después del sismo (1991); Memoria del Cine Mexicano (1993); Arráncame la Vida (2008) o La suerte está echada (2011). Asimismo, estelarizó más de 30 telenovelas entre los años ochenta y la actualidad.
Julie Taymor, artista multimedia, directora de teatro, cine y ópera recientemente destacada por la película Across the Universe, ha puesto en escena las óperas La flauta mágica (Mozart), El holandés errante (Wagner) y Edipo Rey (Stravinsky), en tanto que en cine dirigió la cinta Frida, protagonizada por Salma Hayek, ganadora de un Oscar a la mejor banda sonora (Chavela Vargas y Lila Downs aparecen). Igualmente, dirigió a Anthony Hopkins y Jessica Lange en Titus (2004), moderna adaptación de esta obra de Shakespeare.