Por Mar Proud
En estos tiempos Olímpicos se vive un patriotismo inugualable por parte de cada uno de los 204 países que conforman el equipo de atletas de Londres 2012. Al caminar por las calles londinenses se pueden ver decenas de banderitas diferentes, trajes típicos, y escuchar aun más idiomas que el promedio normal (que ya es decir).
Gracias a la generosidad de una querida amiga mía (y su marido), tuve la oportunidad de experimentar en carne propia el fervor olímpico. Nuestro evento eran los clavados sincronizados 100mts femeniles en donde México, representado por Paola Espinosa y Alejandra Orozco, tomarían parte en el evento.
Al llegar al parque Olímpico en Stratford se sentía una vibra sumamente especial. Toda la gente con una sonrisa y una emoción muy particular que en realidad no se siente en cualquier otro evento.
Claro, minutos literalmente después de haber llegado al lugar vimos una pequeña delegación mexicana. Un grupo de 6 personas ataviados con sombreros mexicanos y bigotes falsos y las mujeres vestidas como chinas poblanas. No puedo negar que mis labios y mi corazón sonrieron al ver tan pintoresca postal nacional.
Después de comer algo en un uno de los pabellones gastronómicos en donde se encuentra el McDonalds más grande que he visto en mi vida, nos dirigimos hacia el centro aquático para presenciar el evento de nuestras vidas. Habían representantes de cada uno de los países participantes: China, Australia, Ucrania, Malasia, México, Canadá, Gran Bretaña y Alemania. Claro que las chinas poblanas y los bigotones estaban ahí, en primera fila.
Las atletas practicaban mientras el público tomaba sus lugares. Todos gritábamos vivas nacionales y nos sonreíamos nerviosamente, ¡como si fuéramos nosotros lo que competiríamos!
Inició el evento, 5 rondas. México en las primeras dos estaba en el quinto lugar. Después, mientras el grado de dificultad aumentaba, también la concentración y precisión de las clavadistas.
El júbilo mexicano se hizo presente en cada celebración post-clavado, con sonoros gritos, chiflidos y vivas les hacíamos saber a nuestras talentosas compatriotas que tenían el apoyo de México, representado en nuestras humildes personas.
Los últimos 3 saltos fueron tan increíblemente precisos que las llevaron a un merecidísimo segundo lugar, premiado con medallas de plata. Al final, los mexicanos ahí presentes no sabíamos si gritar o llorar, o qué hacer primero. Sólo puedo decir que sentí un orgullo muy grande al ver a nuestras dos mujeres atletas dar todo y ganar un lugar dentro de la historia.
twitter @marproud