Todos usamos el Facebook, pero todos lo hemos odiado en alguna ocasión; ya sea porque cambia su apariencia sin consultarnos o porque nos sugiere que nos hagamos amigos de Yordi Rosado. En casos extremos, ha eliminado perfiles porque considera que el usuario ha violado el código de ética… WTF!
Sin embargo, una de las herramientas más poderosas de esta red social es su motor de búsqueda de coincidencias; es decir; activa una ruta para lograr que dos personas que tienen algo en común se pongan en contacto y sean nuevos amigos en el extraño mundo virtual.
Eso le ha ocurrido a una mujer norteamericana que hace 10 años se casó con Alan Fulk. Después vinieron los problemas y se separaron (no legalmente) así que el señor encontró a otra media naranja ¡y bolas!, que se casa también con ella, pero ahora con el nombre de Alan L. O´Neal.
Hasta ahí la treta funcionaba de maravilla, pero un mal día el Facebook le sugirió a la primera esposa hacerse amiga de su “socia”. Al aceptar y stalkear en el perfil de la susodicha, la pobre damisela descubrió a su antiguo marido muy sonriente, feliz y con traje sastre al lado de esa nueva amiga feisbukera. Ambos le daban una mordida al pastel de bodas.
Ahora, O´Neil enfrenta cargos de bigamia, y desde luego se ha metido en un lío con ambas mujeres, una acusándolo de cínico y la otra de mentiroso…
Y todo por el chingao Facebook.