Todos tenemos música para trabajar, cocinar, beber, tener sexo y manejar, por eso es importante tener una playlist para cada ocasión; en mi caso, tengo bien planeada la que escucho para manejar y poner cara de “quítense o los meo”.
Por Jorge A. Amaral
Muchas veces proyectamos mucho de nosotros mismos a través de la música que escuchamos, o bien tratamos de reflejar algo a lo que aspiramos, la pose pues. Recuerdo, por ejemplo, al joven estudiante que en el inter de un concurso de oratoria del que fui jurado, al escuchar tocar a un cuarteto de jazz que contrataron para la ocasión, entrecerraba los ojos y tocaba un bajo de aire mientras movía la cabeza hacia un lado y otro, como extasiado, lo divertido era que cada 30 segundos se detenía, volteaba hacia los lados y si notaba que alguien lo miraba, continuaba moviéndose pero con más énfasis, poniendo cara de Jimi Hendrix al tocar.
En mi caso, tengo el gesto duro y no es que yo sea tan rudo, simplemente tengo cara de pocos amigos, lo que desde la prepa, aunado a que me vestía bien tumbado (y a la fecha, con cierta ropa parezco cholo viejo), ayudaba para que nadie se metiera conmigo.
Eso ayuda para no tener problemas con nadie, pues basta con fulminar con la mirada al conductor iracundo para que se aplaque, claro que a veces la confrontación es inevitable y hay que sustentar la apariencia.
En la memoria que utilizo en el estéreo de mi carro siempre traigo variadito, desde música norteña (para en caso de que se me atraviesen unas caguamas) hasta rap o blues (suele variar), pasando por lo que no me puede nunca faltar por ser mi mera vena: rockabilly, hillbilly y rock and roll. Pero de entre todo eso hay una carpeta hecha específicamente para manejar en el caos vial, como embotellamientos, bloqueos u obras en proceso.
Y es que si se está atrapado en el caos, creo que la música demasiado alegre enfada, las baladas aburren, la radio hastía y la música grupera puede provocar una crisis, es por eso que esa carpeta de la que les hablo tiene música especial para, como le digo a mi esposa, poner cara de pocos amigos sin que se note que estoy molesto, he aquí algunas de las 50 que no me pueden faltar.
Big baby blues
Un blues bastante agradable que Ritchie Valens grabó en 1959, el cual nos remite a una vieja rockola o a la película Christine, ese endemoniado coche que terminó por matar a su dueño. Ideal para rebeldes sin causa.
Big city after dark
Siempre he dicho que Link Wray es el tipo rudo del rocanrol y el surf y este tema de 1962 lo demuestra, pues tiene toda esa atmósfera de un bar de motociclistas de película gabacha. Ideal para manejar despacio con cara de “quítense o los meo”.
Comanche
The Revels, un grupo de lo que se podría considerar pre-surf formado en los 50 por un chicano llamado Gil Serna, caracterizado por sus rolitas meramente instrumentales. Comanche, de 1961, es conocida por formar parte de la banda sonora de Pulp fiction, específicamente en la escena en la que Wallace es violado antes de que Butch le salve el pellejo.
I walk the line
Original del máster Johnny Cash, un pequeño y suave guiño rockabilly con aires country, pero para el fin de esta lista prefiero la versión que Hot Rod Lincoln hizo en el disco Dear Johnny, a tribute to Cash, dado que la voz de este tipo es realmente buena, con una gravedad que hará roncar las bocinas.
Jack The Ripper
¿Hay algo que refleje más rudeza que un despiadado asesino serial, sobre todo si es el más célebre la historia? Link Wray, el James Dean de la guitarra, lo sabía y lo reflejó perfectamente en este rocanrol cuyo ritmo apabullante y las distorsiones en la lira lo hacen ideal para andar de cafre y poner cara de que a uno le vale madre.
Murder in the graveyard
Buen rock al ritmo de Screaming Lord Sutch, original de 1978. Un asesinato en el cementerio, posiblemente una pelea y la policía no encuentra al asesino, sólo cuerpos y sangre. Si se hiciera una versión actual con un ritmo más agresivo, este tema sería el perfecto psychobilly, el lado más rudo y oscuro del rockabilly.
My love for evermore
De la extraordinaria banda Hillbilly Moon Explosion, cuyo disco de 2011 Buy beg or steal es una auténtica joya, este tema habla de estas parejas criminales, como Bonnie y Clyde en la vida real o Mickey y Mallory Knox en el cine, con una meteórica carrera delictiva, dando un golpe tras otro, matando gente pero con un enorme amor entre ellos. Ideal para manejar por la noche pues el ritmo se presta para la oscuridad.
Night of the living Ted
Del mismo disco de Hillbilly Moon Explosion, con un contrabajo extraordinario y una guitarra cargada de ese halo de rudeza, esta canción invita a ser escuchada a todo volumen, detenerse en un semáforo, voltear a ver al conductor de a lado y con la mirada prácticamente decirle “¿tú que?”
Rockabilly boogie
Aunque de esta canción Robert Gordon tiene una excelente versión, la de Jungle Tigers suena menos festiva, más sórdida y sensual, con un saxofón que remite a las primeras bandas de surf de finales de los 50, además de que la voz del vocalista suena un tanto más oscura.
Pass the hatchet
De Roger & The Gypsies y grabada en 1965, fue recogida en la banda sonora de Desperado, mientras el mariachi anda buscando a Bucho de cantina en cantina y entre balacera y balacera. Aunque la película no es la gran cosa, el soundtrack es realmente bueno si a usted le gusta este tipo de rock y la música de Los Lobos o Tito & Tarantula.
The eagle flies on Friday
Bluesesote de The Head Cat, en su disco Walk the walk, talk the talk, de 2011. Esta banda está conformada por Lemmy Kilmister, Slim Jim Phantom y Danny B. Harvey, quienes en este proyecto se enfocan más hacia el rockabilly y el blues. Este coctel hecho con Motörhead, The Stray Cats y 13 Cats constituye una verdadera joya que vale la pena escuchar.
Promiscuous
Frank Zappa, siempre irreverente, crudo, honesto y crítico, siempre genial, en su disco Understanding America nos regaló este tema que aborda los tabúes en torno a la sexualidad que aún imperan en los sectores más conservadores de la sociedad:
The surgeon general, doctor Koop,
suposed to give you all the poop,
but when he’s with P.M.R.C.
the poop he’s scoopin’
amazes me.
C-Span showed him, all dressed up
in his phoney doctor God get-up,
he looked in the camera and fixed his specs
and gave a little lecture
about anal sex.