Cédric Klapisch es uno de los directores galos que suele tener más presencia en las pantallas mexicanas, tan sólo seis de sus películas han formado parte del Tour de Cine Francés (más que ningún otro cineasta) y varios de sus trabajos contaron con una modesta corrida comercial en nuestro país.
Por Armando Casimiro Guzmán
En esta ocasión presentó la comedia dramática Mi vida es un rompecabezas (Casse-tête chinois, 2013), largometraje número once que firma el cineasta afincado en París, el cual tuvo buena acogida en Europa y que incluso, tuvo un discreto paso por la cartelera norteamericana.
Con guion del propio Klapisch, el filme cierra una trilogía que inició en 2002 con El albergue español (L’auberge espagnole), en donde un grupo de estudiantes de diversas partes de Europa comparten un piso alquilado en Barcelona. En Las muñecas rusas (Les poupées russes, 2005), los amigos se vuelven a encontrar después de cinco años, ahora en San Petersburgo, donde se pondrán al tanto de los avances o retrocesos de sus respectivas vidas.
Mientras que en Mi vida es un rompecabezas, encontramos a los mismos personajes, ahora todos casados y con hijos, rondando la cuarentena. Xavier, el protagonista, es ahora un escritor de renombre que está pasando por un doloroso proceso de divorcio. Cuando su ex esposa decide mudarse a Nueva York para iniciar una nueva vida, él decide hacer lo propio para estar cerca de sus hijos y no perder el contacto con sus antiguas amistades.
El director cuenta que siempre estuvo en sus planes hacer una tercera parte de la historia, un conjunto al que bautizó con el título: “La trilogía de los viajes de Xavier”, ya que considera que la generación actual ha sido marcada por los viajes y la multiculturalidad. Al dejar pasar tanto tiempo entre la segunda y tercera entregas, el director esperaba que transcurriera el tiempo suficiente para dejar que los años hicieran su parte, ver a sus personajes ya maduros y que pudieran evaluar las direcciones que habían tomado sus vidas.
El elenco está conformado por Romain Duris (muy activo en el cine francés últimamente), quien en su personaje de Xavier, relata en voz en off la complejidad a la que se encuentra sujeto en la etapa adulta de su vida. El aporte femenino está a cargo de las francesas Audrey Tautou y Cécile De France, además de la británica Kelly Reilly, quienes repiten en sus papeles de las primeras entregas de la serie.
Rodada desde el punto de vista de un ciudadano de a pie, sin desdeñar la utilización de atractivos recursos visuales y una musicalización acertada y puntual, Mi vida es un rompecabezas retoma con humor e ironía temas como la multiculturalidad y la migración, así como las relaciones familiares y amorosas de sus personajes tragicómicos. Klapisch es un especialista en la convención y los finales felices, pero aunque su escasa profundidad y su desenlace complaciente obren en su contra, al menos tiene la virtud de ser lo suficientemente atractiva y refrescante como para que pasen rápido las dos horas que pasamos en la sala de cine.