Febrero es el mes de los carnavales, una tradición pagana que tiene su origen en las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de cinco mil años. Celebraciones similares se dieron en la época del Imperio Romano; lo que se expandió por toda Europa para después llegar a América gracias a los navegantes españoles y portugueses a partir del siglo XV.
Sin duda el más famoso es el de Río de Janeiro, pero también es muy colorido en países como Argentina (Lincoln) Alemania (Colonia, Mainz), España (Cádiz, Santa Cruz de Tenerife), Ecuador (Guaranda), Italia (Venecia), Bolivia (Oruro), Inglaterra (Notting Hill) y desde luego México (Veracruz) donde adoptan esta fiesta incorporando sus propias costumbres.
Los trajes, las danzas, las máscaras, las carrozas y los gigantes forman parte de todos los carnavales, y desde luego, la música juega un papel fundamental.
Al respecto, Johari Gautier Carmona escribe en el sitio Atlántica: “Los carnavales del mundo entero, los de Brasil, Canarias, Colombia o, incluso, Notthing Hill, seducen por su ambiente festivo y los numerosos bailes que los conforman. Pero, ha llegado a preguntarse alguna vez ¿por qué la música es el elemento central de estas fiestas callejeras? El término “carnaval” procede del italiano carnevale y señala la salida del periodo de la cuaresma cristiana en el que se prohíbe categóricamente comer carne. Por extensión, el carnaval es una celebración alegre que aplaude el retorno a la permisividad y alienta a un cierto descontrol. Los gritos de euforia y el culto al cuerpo (que durante los días previos ha sido contenido por la espiritualidad y la inhibición) se acaparan de repente de las calles con un redoblado impacto.
“Sabiendo esto, no sorprende escuchar todo tipo de músicas y observar miles de disfraces, desfiles y celebraciones por la calle. Desde siempre, la música ha sido uno de los principales y más eficaces instrumentos para acompañar las manifestaciones, desquitarse de los efectos de la cotidianidad y olvidarse de las imposiciones. Además, la música es uno de los pocos elementos que provocan sentimientos tan intensos como los que tratan de transmitir los carnavales. Por eso, la música en su más extenso significado se ha convertido en un elemento indisociable e identificador.
“Es importante destacar que los carnavales, los más extravagantes del mundo (el de Brasil por su tamaño inigualado, el de Uruguay por su duración, el de Canarias y otros del Caribe por su alegría) son también representativos de poblaciones cuyas culturas mantienen nexos íntimos y cotidianos con la música y que, por ende, sus festividades no pueden concebirse sin ella”.
A continuación, les dejamos algunas fotografías con lo mejor de este 2012 carnavalero
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