El Movimiento Alterado, obra de los gemelos Valenzuela, incorpora nuevos elementos tanto musicales como discursivos, totalmente alejados de lo cantado por Los Tigres del Norte u otros grupos. En esta entrega, Jorge A. Amaral hace el ejercicio de descuartizar (jugando con su propio lenguaje) “Sanguinarios del M1”, tema en el cual participa la plana mayor de esta corriente musical.
Por Jorge A. Amaral
Se ha hablado tanto de narcotráfico, de violencia y muerte que tristemente, nada nos sorprende de este tema. A partir de la guerra emprendida por el enano de Felipillo de Jesús, la crueldad de las bandas criminales se acentuó, se hizo más salvaje, más bárbara, esto a pesar del asqueroso poderío económico y político que tienen, pues lo mismo pueden estar tomando Buchanan’s o Martell con un político poderoso que mandando descuartizar a alguien.
Es por eso que de unos años para acá, nunca ninguna imagen es tan fuerte que no la hayamos visto: fosas clandestinas, acribillados, cuerpos calcinados, desmembrados, decapitados, desollados, colgados de puentes, cuerpos apilados, ejecuciones masivas y cuanta barbaridad pueda ocurrírsenos, ya la hemos visto dado que con este fenómeno proliferaron las páginas de Internet dedicadas a difundir este estado de putrefacción social, como Blogdelnarco.com, Historias del Narco, NarcoRed, Valor por Tamaulipas y un sinfín de videos en YouTube y otras páginas, además de medios como Riodoce o Semanario Zeta, sin contar que Proceso se ha vuelto la revista en la que podemos seguir las estadísticas y marcadores de la narcoviolencia, algo así como el Alarma! con análisis.
Todos esos esfuerzos de periodistas y editores se agradecen porque en este país, especialmente tratándose de ese tema, el periodismo se ha vuelto una profesión extrema, de alto riesgo, que ha cobrado la vida de muchos comunicadores.
Inicio con esto porque ahora en la semana leía una entrevista a Alfredo Ríos, El Komander, quien ante los cuestionamientos del reportero, argüía que su música, el Movimiento Alterado (una variante del narcocorrido que ha integrado otros elementos musicales), no es una apología de la violencia, sino un reflejo de ella. Yo me quedé con cara de no me jodas pero seguí leyendo. Más adelante, uno de los gemelos Valenzuela, sus promotores, hablaba de una canción titulada “Sanguinarios del M1”, compuesta en honor al narcotraficante y sicario sinaloense llamado Manuel Torres Félix, alias El Ondeado o El M1, y en la que participa la plana mayor del Movimiento Alterado.
El promotor decía que esta era la canción emblemática de esta corriente (muy corriente) musical. Por el momento con esto me quedo para desmenuzar este narcocorrido y ver si El Komander tiene razón y nosotros sólo somos una bola de exagerados y envidiosos o si, en efecto, en el Movimiento Alterado se hace un ensalzamiento de la vida criminal y la violencia que lleva consigo a donde va.
Los primeros en aparecer a cuadro son Los Bukanas de Culiacán, ataviados con chaleco antibalas que luce el logotipo del grupo, quienes cantan la primera estrofa, que dice: “Con cuerno de chivo y bazuca en la nuca, / volando cabezas a quien se atraviesa, / somos sanguinarios, locos bien ondeados, / nos gusta matar”.
El culto al AK-47, el cuerno de chivo de Rusia con amor, además de la temible bazuca siempre lista para matar a quien sea, dicen que se divierten asesinando porque andan “ondeados”, que en argot es andar hasta la madre de drogados. En esta parte recuerdo el documental El sicario, en que el ex matón dice que sólo bajo los influjos de la droga o el alcohol podía hacer tales cosas, pues en su sano juicio era difícil, aunque con el tiempo se pierden los escrúpulos.
El siguiente es El Komander, que dice: “Pa’ dar levantones somos los mejores, / siempre en caravana toda mi plebada, / bien empecherados, blindados y listos / para ejecutar”. Sabemos que los sicarios suelen ser gente entrenada, ya sea porque fueron militares o policías o porque recibieron adiestramiento conforme fueron ascendiendo en la estructura de la organización, es por eso que saben de la utilidad del chaleco antibalas (andar empecherado es portar tal prenda) y las camionetas blindadas, siempre en convoy. Aquí se introduce otro elemento: el levantón, que es capturar a alguien con el fin de interrogarlo, torturarlo, extorsionarlo o asesinarlo.
A El Komander le siguen Los Buitres: “Con una llamada privada se activan / los altos niveles de los aceleres, / de torturaciones (Sic.), balas y explosiones / para controlar”. Basta el llamado del mítico patrón para entrar en acción, y por entrar en acción entiéndase todo: las balaceras, la tortura, los bloqueos y toda acción que les permita mantener en su poder la codiciada plaza, que es una de las funciones de los sicarios.
Los Buchones de Culiacán suben la intensidad de este corrido al decir que “la gente se asusta y nunca se pregunta / si ven los comandos cuando van pasando, / todos enfierrados, bien encapuchados y bien camuflash (doble Sic.)”. La intensidad sube porque aquí ya estamos hablando, por un lado, de la espectacularidad de las caravanas de sicarios, quienes han adoptado la parafernalia militar en cuanto a armamento, disciplina y equipamiento, lo cual mantiene a la sociedad en el temor y la zozobra pero, sobre todo, el silencio, que son bastante útiles pues una población asustada y callada es una población sometida.
Los Dos Primos siguen en la tónica de provocar terror, estar siempre alertas y defender los territorios, pero con la atenuante de la dinámica de los grupos delictivos actuales, que se basa en que si el rival o la contra les mata a uno, ellos le matan a diez, si los otros le cortan un dedo, estos le cortan el brazo: “Van endemoniados, muy bien comandados, / listos y a la orden pa’ hacer un desorden, / para hacer sufrir y morir a los contras hasta agonizar”. Sigo sin entender cómo alguien puede morir y luego, después de una larga y prolongada muerte, al fin agonizar.
La parte de Érik Estrada refleja más crueldad al hablar de algo que no se veía entre los narcos de los 80, por ejemplo, las decapitaciones: “Van y hacen pedazos a gente a balazos, / ráfagas continuas que no se terminan, / cuchillo afilado, cuerno atravesado / para degollar”. Y es que el acto de cortarle la cabeza a alguien no es sólo por decapitarlo, sino que ésta será exhibida como trofeo o como advertencia, ya que suelen dejarse con mensajes dirigidos al gobierno o a capos rivales.
Noel Torres refleja el nivel de adoctrinamiento que priva en los cárteles, ya que sus miembros suelen sentir que defienden no sólo sus intereses, sino a la sociedad que está indefensa ante otros grupos que quieren apoderarse del territorio, y como ejemplo, basta ver cualquier video del CJNG o de El Profe: “Traen mente de varios revolucionarios, / como Pancho Villa peleando en guerrilla, / limpiando el terreno con bazuca y cuerno / que hacen retumbar”.
El sentirse revolucionario, guerrillero o miembro de una orden religiosa da a sus miembros la convicción necesaria para mantener la disciplina al interior del grupo y para no tener inconveniente alguno en acabar con los enemigos. Ponerse la camiseta.
Aquí, El RM introduce un nuevo elemento: “El Macho adelante con el comandante / pa’ acabar con lacras todo el virus Antrax, / equipo violento, trabajo sangriento / pa’ traumatizar”. Los Antrax, el sanguinario brazo armado del Cártel de Sinaloa, especialmente de El Mayo Zambada, el brazo ejecutor, los sicarios de élite bajo el mando del ahora preso Chino Antrax, quien en Twitter exhibía una vida de excesivos lujos producto de “traumatizar” mediante algo que se resume en el tercer verso de esta estrofa: “equipo violento, trabajo sangriento”.
Ya hasta llegar a la parte de Los Nuevos Elegantes es que se habla abiertamente del capo al que se dedica este corrido: “Soy el número 1, de clave M1 / respaldado por El Mayo y por El Chapo, / La JT siempre presente y pendiente / pa’ su apoyo dar”, lo que se complementa con la última estrofa, cantada por Óscar García: “Seguiré creciendo, hay más gente cayendo, / por algo soy El Ondeado respetado, / Manuel Torres Félix, mi nombre / y saludos para Culiacán”. El M1, El Ondeado, José Manuel Torres Félix, sanguinario narcotraficante que tenía su feudo en la Sierra, hermano de Javier Torres, El JT. Este narcotraficante murió abatido por el Ejército hace casi dos años.
A diferencia de lo que dice El Komander, no se canta una hazaña como en el corrido tradicional, sino que se está, efectivamente, ensalzando la narcoviolencia; no la refleja puesto que bien podría protestar contra ella en su misma música, criticarla en lugar de celebrarla.
Lo curioso de esto es que por lo regular, para los capos, ejecutar a alguien o torturarlo no es mera diversión, sino que saben que es parte del negocio o por una afrenta recibida, pero estos fulanos dicen que se disfruta, que es divertido matar, que es algo loable y lo cantan como si su música no llegara a muchachitos pendejos que se la creen, y eso no significa que van a enrolarse, pero sí pueden llegar a fanfarronear y meterse en líos bastante densos por andar de wannabes, como los que en los 90 vieron Sangre por sangre y ya se sentían cholos sin jamás haber pisado Estados Unidos.
Un ejemplo de esto lo podemos apreciar en los lugares plagados de buchones y buchonas, que se la pasan alardeando y al final, la mayoría de las veces, terminan muriendo.
El Movimiento Alterado, señor Komander, no refleja el sentir de la sociedad ante la violencia que se vive en el país porque no habla de los niños huérfanos, de los desaparecidos, de los padres que perdieron hijos, de las viudas, de los policías y soldados caídos, de los muertos sin nombre, sin identidad, sin una tumba donde sus deudos puedan llorar; su música no habla de los migrantes que se suben a La Bestia sabiendo que pueden morir al atravesar México; no, no habla de todo ello, habla de matar por dinero, dinero con el cual se pagan fiestas, carros, casas y mujeres para disfrutar la poca o mucha vida que les quede a quienes lamentablemente optaron por ese camino, así que, señor Komander, no nos venga a joder con su apología de la barbarie.