La leyenda dice que asesinó a más de 10 mil personas, que hizo estallar 250 bombas en actos terroristas que cobraron la vida de mil 142 civiles. Al menos 650 policías murieron persiguiéndolo, y el mito afirma que la fortuna que le dejó el bisne de las drogas superaba los 15 mil millones de dólares.
Es Pablo Escobar, el capo colombiano que después de muerto sigue seduciendo a productores, distribuidores y una audiencia sedienta por las historias de matones, por los relatos de malos contra buenos, aunque nunca sepamos quién es quien.
Hace unos días el gigante Netflix dio a conocer el tráiler de Narcos, serie que en 10 capítulos abordará el auge y caída de quien fue considerado el enemigo público número uno del mundo allá por los 80 y 90 del siglo pasado, el narco que era temido por los gobiernos pero querido por sus allegados.
Al mítico sudamericano le han compuesto decenas de corridos y canciones, lo mismo Jorge Santacruz que El Komander, Los Tigres del Norte, Furia Norteña, Brujería y Mexicano 777.
El zar de la cocaína, a quien Los Tigres del Norte le atribuyen virtudes como valor y astucia, comenzó a llegar a series y películas desde hace varios años, culebrones o documentales que combinan realidad con ficción.
En 2001 Ted Demme reunió a figuras como Johnny Deep, Penélope Cruz, Franka Potente y Jesse James para filmar Blow, película que narra la historia de George Jung, un yonqui norteamericano que amasa una gran fortuna gracias a su alianza con Pablo Escobar, aunque en poco tiempo la despilfarra como consecuencia de sus adicciones.
En YouTube es posible ver completo el documental Los archivos privados de Pablo Escobar, dirigido por Marc de Beaufort, una secuencia de imágenes y testimonios para conocer a fondo al que en sus inicios incursionara en la política de Colombia. Otros documentales sobre el proscrito son Pablo: ángel o demonio, The King of coke, Pablo Escobar, el terror de Colombia; Los pecados de mi padre (a cargo de Juan Pablo Escobar), Los misterios de Pablo Escobar, Los tiempos de Pablo Escobar y varios más producidos tanto en Colombia como en otros países.
Pero pocas realizaciones tan exitosas como Escobar, el patrón del mal, protagonizada por Andrés Parra cobijado con una costosa producción de Caracol Televisión, donde se invirtieron hasta 164 mil dólares en un solo día de rodaje. Aunque si hablamos de dinero puesto para engrandecer la figura del narco de narcos, ahí están los 17 millones de dólares que costó la película Escobar: paraíso perdido, con un Benicio del Toro dándole vida al “Robin Hood” de los pobres, una cinta donde los personajes son latinos pero hablan en inglés, porque ya ven que a los norteamericanos les da una inmensa hueva leer subtítulos.
Pablo Escobar no puede faltar en series paralelas, cameos o capítulos enteros donde el colombiano refuerza las historias, como pasa con Tres Caínes, la serie que narra la vida de los hermanos Castaño, paramilitares y autodefensas que se aliaron con el poderoso Cartel de Medellín. El jefe de jefes es mencionado varias veces en El Cartel de los Sapos, otra narco-serie exitosa que ha sido vista por millones de personas, una obra que abarca prácticamente todos los formatos, pues del libro pasó a la tele y de ahí al cine, con resultados un tanto pobres en cuanto a calidad.
Pero el mejor crossover se da en El Señor de los Cielos, la serie de Telemundo, Caracol y Argos (del santón Epigmenio Ibarra) que cuenta el ascenso de Amado Carrillo Fuentes, el famoso narco mexicano que era adicto a los aviones y helicópteros, quien supuestamente murió cuando se sometía a una cirugía plástica para cambiar su rostro.
En este drama, hay apariciones desde el primer capítulo del Escobar del Patrón del Mal, es decir, el interpretado por Andrés Parra.También pueden buscar narco-novelas como El Capo y Las Muñecas de la mafia, pertenecientes a una industria colombiana que parece no tener fin.
Netflix anunció que Narcos llegará el 28 agosto con actuaciones de Wagner Moura, Boyd Holbrook, Bruno Bichir, Ana de la Reguera y Stephanie Sigman, elenco que intentará saciar el morbo de una audiencia cada vez más fascinada por las series y películas sobre bandidos modernos.
Ya veremos si en unos años Joaquín el Chapo Guzmán se apodera de las telenovelas, las series y las películas. Por lo pronto, al menos es el que ha puesto en evidencia al miserable gobierno de Peña Nieto.