Si recuerdas y te gusta la serie interpretada por Sheldon Cooper y su equipo de “ñoños” en The Big Bang Theory, entonces estás preparado para escuchar los monólogos de The Big Van Theory sobre ruedas.
Por motivo de las actividades a favor de la divulgación de la ciencia, la Coordinación de Investigación Científica de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo presentó en el Centro Cultural Universitario a los integrantes que conforman a The Big Van Theory, un grupo que se dedica a hacer monólogos científicos de una forma divertida.
La mejor manera de aprender ciencia es por medio de la diversión. Con dicha filosofía, este equipo sobre ruedas se fundó hace dos años en España, con la intensión de divulgar los conocimientos científicos que se han adquirido a lo largo del tiempo.
Todos y cada uno de los monólogos están enfocados a demostrar los avances científicos que ellos mismos han estudiado, pues los integrantes son investigadores en activo y se encuentran dentro del gremio de los físicos, matemáticos, bioquímicos e ingenieros.
Además de su presentación en el Centro Cultural Universitario también se brindó un taller denominado “Las artes escénicas para la divulgación científica” bajo la dirección del Departamento de Divulgación de la Ciencia de la Casa de Hidalgo. Para este taller se contó con la participación de 40 docentes quienes se dividieron entre las instalaciones de la Universidad Michoacana y la UNAM campus Morelia.
Esta no es la primera vez que Big Van Theory viene a la capital michoacana, pues ya en diciembre de 2014 visitaron el auditorio de la Facultad de Arquitectura en la Universidad Nicolaita. Posteriormente continuarán con su gira dentro de nuestro país en ciudades como La Paz, Guadalajara, Distrito Federal, Cuautitlán y para terminar se presentarán la XLIII edición del Festival Internacional Cervantino.
¿Cuál fue este segundo impacto en la ciudad?
Las señales mostraban que las personas estaban deseosas de presenciar los monólogos escritos e interpretados por estos científicos.
El reloj marcaba un cuarto para las 7 de la noche, hora en la que dio inicio la presentación y la sala ya estaba llena. Las discusiones entre los edecanes y los asistentes comenzaron debido a que un día antes se repartieron boletos y aunque la entrada era gratuita, el cupo era limitado.
Por esta razón se instalaron unos televisores en una sala alterna para que las personas que no alcanzaron lugar pudieran observar lo que estaba ocurriendo y de esta manera disfrutar de una “ciencia divertida”.
El principal público estaba ocupado por jóvenes estudiantes de una ingeniería de la Universidad Michoacana. Esto fue notorio cuando comenzó la dinámica de preguntas y respuestas. Las formulaciones de las preguntas estaban llenas de tecnicismo que hacían referencia a un estudio basado en las ciencias exactas.
¿Es complicado aprender química, física y matemáticas?
Esto sucede recurrentemente, pero es que a cuántos no nos hubiera gustado que nos enseñaran el teorema de Pitágoras con metáforas del amor o que nos explicaran el funcionamiento de las neuronas basándose en cuando bebemos alcohol y al día siguiente no recordamos nada, a lo que llamamos “lagunas mentales”.
Basta con conocer las bases de la ciencia para poder entender de lo que están hablando estos científicos. No es necesario ser un “ñoño” para comprender sus monólogos, ¿o sí?