Por Emiliano Raya Aguiar
Visiones Sonoras 2013
Para Ana María Romano, la plataforma digital “microcircuitos”, pretende convertirse en un espacio de convergencia regional en torno a las diversas inquietudes que como artistas sonoros se generen dentro de su quehacer, además de fomentar la investigación, el estudio y la interacción de las diversas actividades generadas por los expositores de la música electroacústica en diversas latitudes latinoamericanas.
Microcircuitos, explicó María Romano en su presentación, se promueve como una plataforma digital que se concibe como un espacio de convergencia regional entre los países como Argentina, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Venezuela y Uruguay, en torno a inquietudes desde las prácticas experimentales sonoras provenientes de campos interdisciplinarios y sus múltiples derivas como arte sonoro, radioarte, poesía sonora, escultura, instalación, noise, música electroacústica, contemporánea, entre otras.
La plataforma, mencionó Romano en su exposición, tiene 3 componentes: 1) base de datos de artísticas; 2) bibliotecas artísticas y 3) una radio web, que por diferentes circunstancias ha funcionado más bien como un espacio para la reproducción de podcast, explicó la panelista.
Además de la investigación, documentación y publicación digital que incluye materiales desde 1960 hasta la actualidad, la plataforma preserva y cataloga textos, audios y videos para su posterior publicación web con posibilidad de descarga bajo licencia Creative Commons, dijo Ana María.
Aunado a esto se incluyen textos analíticos, históricos, pedagógicos, reseñas, curadurías, libros fotografía e imágenes, con lo que se pone a disposición de un amplio público diversos temas, que tienen como eje central el arte sonoro, desde las más varias formas.
Por último, la conferencista puntualizó que para microcircuitos es fundamental que los recopiladores (editores) de los diferentes países tengan la posibilidad de seleccionar y catalogar la información, así como a los artistas y autores como mejor les parezca, partiendo de que son ellos quienes conocen los vaivenes y vicisitudes del arte sonoro en sus países.
Nosotros priorizamos el hecho de que son los editores quienes tienen los elementos para discernir qué hacer, a quién incluir y cómo incluirlo, dado que son ellos lo que tienen el conocimiento preciso de sus espacios concretos”, finalizó María Romano.