Por Omar Arriaga Garcés
El monólogo de un niño explicando las propiedades de piedras minerales y su respectiva conformación a través de los años, abre el cortometraje El amuleto de Ámbar (Mathew Moore, Australia), que compite en la Selección Oficial de Ficción del Festival Internacional de Cine de Guanajuato y que nos muestra a El Vengador Enmascarado, un niño de diez años que tiene tanta energía que prefiere disfrazarse como superhéroe en las madrugadas y, junto a su fiel perro, salir a la calle a combatir el crimen y ayudar a aquellos que precisan de sus poderes especiales.
Estos radican en su gran sensibilidad y bondad, lo que incluso le lleva a regalarle a Joan, una mujer de mediana edad que tiene problemas con su pareja, uno de los prendedores de ámbar más preciados de su madre, el último recuerda que le queda de su abuela. Luego de haberle dejado en el buzón a Joan una suerte de encuesta sobre si es feliz, a la que ésta responde negativamente, El Vengador Enmascarado vuelve para ver si puede recuperar el amuleto de su mamá durante la madrugada. Para su sorpresa, Joan lo espera despierta y le abre su alma, le pregunta sobre sus motivos para combatir el crimen y ayudar a otros y le confiesa que hasta el momento en el que El Vengador le pregunta por su felicidad ésta no había tenido en cuenta lo infeliz que era su vida.
Joan no sólo le devuelve lo que había estado buscando, sino que le obsequia un regalo más para después partir y rehacer su vida; un cortometraje de una gran belleza que se postula, si no para ser el ganador de la categoría de corto de ficción, sí para competir entre las mejores del festival. Altamente recomendable, basado en la novela homónima de Craig Silvey.