Armando Casimiro Guzmán
Este miércoles tocó turno a El sueño de Lu (2010), quinto largometraje en competencia presentado en el FICM por el cineasta Hari Sama y la actriz Úrsula Pruneda, el cual tuvo una cálida recepción durante la función de prensa.
La historia se centra en Lucía, una joven madre soltera que sufre el dolor perder a su pequeño hijo. Ni los grupos de apoyo, ni la familia, ni la música (Lucía es una concertista de guitarra), son capaces de sanar su alma resentida. Pero al final, en una obra contada en tres actos, podemos presenciar el largo y tortuoso camino de la aceptación. “El arte es fundamental en la vida de los seres humanos. Arte que no sana, no es arte”, asevera Úrsula Pruneda.
Acotando que toda película tiene tintes autobiográficos, apuntó Hari Sama: “La idea surgió hace aproximadamente año y medio, originalmente pensaba que debería filmarse fuera de México. Pero al contarle del proyecto a Úrsula, quiso participar en el proyecto y basada en ella empecé a trabajar en el guión”.
Apoyada además con un sólido grupo de actores secundarios, entre los que destacan las participaciones de Gerardo Trejoluna y Moisés Arizmendi, El sueño de Lu cuenta de manera pausada, sin estridencias, el difícil arte de guardar el equilibrio: evita las lágrimas gratuitas, el uso excesivo de música (a pesar de la profesión de la protagonista) y las soluciones fáciles.
Las ballenas como elemento catártico (“más que un animal, la ballena es una metáfora”, dice el director), destruir para volver a construir, El sueño de Lu es una propuesta muy interesante, una experiencia liberadora. Cien minutos de película que se pasan muy rápido y que esperamos verla pronto en cartelera.