Hace apenas unos días la coproducción franco alemana En la penumbra (Aus dem nichts, 2017) se alzó con el premio en la categoría de Mejor película de habla no inglesa en la más reciente edición de los Globos de Oro. Previamente, el noveno filme de Fatih Akin fue estrenado en la sección oficial del Festival de Cannes y su protagonista, Diane Kruger, fue reconocida con el premio a Mejor actriz. Mientras que en México, la cinta del cineasta alemán de origen turco forma parte de la 63 Muestra Internacional de Cine y llega a la cartelera por medio de la distribuidora Zima Entertainment. ¿La veremos entre las nominadas al Oscar? Es muy posible.
El filme cuenta en tres episodios la odisea que vive Katja, una joven madre alemana que pierde a su esposo y a su único hijo en un atentado terrorista perpetrado en un barrio de migrantes. La tragedia la sumirá en vicios pasados y rencores presentes, mientras los culpables están ahí afuera vanagloriándose de su crimen. La gran pregunta es: ¿será capaz de seguir adelante?
La historia toma como base los atentados del grupo extremista Clandestinidad Nacionalsocialista, el cual cometió una serie de crímenes contra ciudadanos extranjeros residentes en Alemania entre los años 2000 y 2011, cuando fue desmantelado por la policía germana. En ese sentido, si centramos nuestra atención en el juicio que se desarrolla en el segundo capítulo, podríamos decir que es un filme sobre la justicia o la falta de ella, al menos si consideramos una interpretación muy libre del concepto.
Pero al mismo tiempo, podemos decir que es un drama familiar, el cual gira alrededor de su personaje central: una madre dispuesta a dar todo por los suyos. Hay que resaltar el gran trabajo de la actriz alemana Diane Kruger, que en todo momento luce impecable y acertada, como una mujer que después de la tragedia esconde su dolor tras las drogas y al poco tiempo se reconoce incapaz de soportar la injusticia.
El guion coescrito por el propio Akin se salta algunos registros habituales en su filmografía, pero en cambio retoma algunos temas recurrentes en su obra, como la migración y el choque de culturas, situaciones que desafortunadamente se encuentran muy presentes en el mundo actual. Es claro que Akin se siente identificado con la cuestión: su familia es de origen turco y su esposa es de ascendencia mexicana-alemana. A esto hay que sumar que la historia se desarrolla en uno de los sitios de rodaje habituales del cineasta: el puerto de Hamburgo, hogar de una gran cantidad de extranjeros y la segunda ciudad más poblada de Alemania.
Hay algunos vacíos en la trama que sugieren un desenlace diferente, pero no son lo suficientemente importantes para echar por tierra la elegante y austera propuesta. Muy pocos recursos narrativos (como los videos caseros al inicio de cada secuencia) se agregan a este drama familiar virado a thriller, haciéndola sumamente disfrutable, en lo que quizás sea un guiño a Hollywood. Es evidente que la migración y la intolerancia son temas que reclaman una respuesta más enérgica de las sociedades y ante la radicalización de las propuestas parece que solo hubiera dos formas de zanjar la cuestión: el entendimiento o la violencia explosiva.