En México es muy extraño ver que se hagan largas filas para escuchar a un poeta. Juan Gelman es una de las pocas voces que generan ese paisaje. Media hora antes de que este poeta llegara a inaugurar el Salón de la Poesía, en el marco de la 25 de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL), la gente ya había abarrotado el lugar y se congregaba a lo largo de los pasillos del Área Internacional de Expo Guadalajara para poder escuchar la lectura.
Meseros, camarógrafos, poetas, lectores, escuchas con margaritas… todos estaban expectantes de este acontecimiento. Antes de la llegada del poeta, Nubia Macías, directora de la FIL, invitó al mayor cupo de asistentes posible, aun cuando la sala es pequeña y está pensada para un grupo limitado. La aceptación no se hizo esperar, el suelo alfombrado se convirtió en el sillón más cómodo.
“Es un honor que esté esta tarde con nosotros uno de los grandísimos poetas de nuestra América”, afirmó Nubia Macías. Antoni Traviera, director de la Casa Amèrica Cataluñya, felicitó a la FIL por su 25 aniversario y presentó al poeta, dentro del marco del centenario del nacimiento de la fundación que él representa. Para Traviera, Gelman es de esos cuya poesía asume “el riesgo, el peligro y la complejidad”.
Justo en ese silencio previo a cuando la poesía empezara a tirar sus cadenas, alguien entre el público gritó a Gelman: “Lo amamooos”. Todos en la sala asintieron. Silencio de nuevo. Cientos de palmas aplaudieron para espabilar cualquier distracción que quedara en la sala.
“Esta ofelia no es la prisionera de su propia voluntad / ella sigue a su cuerpo / espléndido como un golpe de vino en medio de los hombres…”, empezó a voz suave, sin gran eco, pero claro, porque cada palabra encontraba un buen destino en cada uno de los escuchas. Una pareja se besaba en una esquina del salón.
“Como una hierba como un niño, como un pajarito, nace / la poesía”, advierte uno de los poemas que Gelman leyó, y nos confronta: “¿Puede nacer al pie de los sentenciados por el poder al pie de los torturados los fusilados de por acá nace?”.
Con los “ojos llenos de rocío” como su madre, en uno de sus poemas y un público congregado a su obra terminó su lectura. Entre los flashes finales, la firma de libros, apretones de manos, abrazos y besos que varias chicas robaron al poeta rockstar, Juan Gelman comenzó sus actividades en esta FIL.
Con información de la FIL Guadalajara