Por Francisco Valenzuela
I
Desde que surgió el movimiento YoSoy132 (revolución hashtag) comencé a notar que su réplica en Morelia reúne a jóvenes inteligentes, soñadores y combativos, pero también a radicales, morenos y chistositos que se ponen un paliacate como outfit rebelde y dizque subversivo, aun cuando el origen de esta iniciativa fue precisamente dar la cara, el nombre y hasta el número de credencial escolar.
Un movimiento tan abierto corre ciertos riesgos, y hasta ahora, creo que éstos han sido menores si consideramos todos los factores que se tienen en contra.
Desde entonces, pues, he notado que en Morelia las concentraciones convocadas por el 132 son escasas en su número de participantes. Veo en los medios que por ejemplo en Veracruz, Guadalajara y no se diga el DF son miles los que salen a marchar o manifestarse de algún modo, mientras que en la capital michoacana con muchos trabajos se llega a las dos centenas.
Según yo, la mayoría de jóvenes estudiantes en Morelia son apáticos o frívolos. ¿Dónde están los escolapios de la Universidad Michoacana? Difícil que los moradores de casas de estudiante se unan masivamente al 132. ¿Por qué? Porque por años han mantenido negociaciones con el partido de Peña Nieto, porque sólo irrumpen cuando sus líderes quieren más dinero pero difícilmente se solidarizan con movimientos ajenos a sus causas. Hay mucho priismo en las casas del estudiante, ni duda cabe.
Los otros estudiantes de la Nicolaita también son apáticos y miran con indiferencia al 132. Estos alumnos quizá están cansados de tanta manifestación que les es ajena. Han visto cómo maestros, trabajadores o sus mismos compañeros de aulas cierran constantemente las puertas de la universidad y no pueden hacer nada. Viven en un constante estado de grilla, donde además la alternancia en el poder da lo mismo, porque gobiernos de izquierda, derecha y lo que sea que signifique el PRI dan los mismos malos resultados. Eso sí, cuando se trata de eventos frívolos como nombrar a la “Reina de Contabilidad” o ir a un jaripeo por el nuevo ciclo escolar, los estudiantes de la Michoacana acuden en masa, ansiosos de beber aguas locas.
¿Por qué los estudiantes de las universidades privadas en Morelia no se han unido masivamente a los actos del 132? Porque a diferencia del DF y otras capitales, los de aquí se sienten cómodos, están solo en lo suyo y les provoca flojera salir a la calle para gritarle cosas a Peña Nieto. En cambio, estos estudiantes de élite sienten una enorme emoción cuando acuden a eventos como “Espacio”, organizado por Televisa, una serie de charlas dictadas por gente como Adela Micha, Adal Ramones, Joaquín López Dóriga y por intelectuales poderosos como Héctor Aguilar Camín.
Los estudiantes de universidades privadas en Morelia también acuden numerosos a una cosa que se llama “¿Qué rollo con México?”, una suerte de concentración motivacional en la que abundan conferencias de Pedro Ferriz de Con, Rebeca de Alba y Leonardo de Lozane, el rockero más guapo de México. Ahí se habla de sexo o de política sin tapujos: por ejemplo, si Rebeca de Alba dice que masturbarse es sano, los estudiantes de élite le aplaudirán el atrevimiento, y si Ferriz de Con invita a firmar para que haya 100 diputados menos en el Congreso, todos le entregarán su rúbrica, sin dudarlo.
Los estudiantes michoacanos de la universidad pública y de las universidades privadas solo quieren una cosa en estas fechas: pasar el extra y largarse de vacaciones.
II
Este fin de semana el 132 moreliano tuvo un poco de mayor participación en la llamada Mega Marcha contra lo que consideran una elección tramposa que llevará a Peña a Los Pinos. Decidieron arrancar desde lo que en Morelia se conoce popularmente como “la antena”, es decir, desde una empresa de comunicación llamada Grupo Marmor. ¿Por qué ahí? Porque Marmor es filial de Televisa, la maquiavélica compañía que inventó a Peña, que lo hizo a imagen y semejanza de un actor de telenovela.
Sin embargo, Grupo Marmor también es Exa, el grupo radiofónico de MVS, la empresa que quiere competir en televisión abierta contra el duopolio Televisa-TV Azteca. En otras palabras, los marchistas del 132 se reunieron en la casa de Dios y del Diablo, donde la tele retransmite a López Dóriga y la radio a Carmen Aristegui. Los del 132 protestaron hace algunas semanas porque otro medio de comunicación (el Sistema Michoacano de Radio y Televisión) había sacado del aire a Aristegui, pero este fin de semana partieron desde Grupo Marmor como un símbolo del medio manipulador, el medio, en este caso, que igual lucra con la santa Carmen y el judas Joaquín.
Por cierto, qué mala es la programación radiofónica de Grupo Marmor. Caramba.
Como siempre, lo mejor de la marcha fue la imaginación para los contenidos en pancartas, además de la consigna preconcebida de no interrumpir el tráfico ni dañar pared alguna. Lo interesante también, como decía al inicio de esta humilde columna, es la mezcla de gente que se siente agraviada por las elecciones con tufo a Soriana. A los activistas del 132 se unieron algunos simpatizantes de Morena, ese movimiento lopezobradorista que al parecer no era tan grueso como lo pintaban, o que al menos no alcanzó para vigilar el total de las casillas el 1 de julio, como lo había sentenciado AMLO.
Pero también se unió un pequeño grupo de jóvenes con banderas comunistas; ellos seguramente repudian a Peña, pero tampoco estarán de acuerdo con el Peje, quien plantea un modelo más cercano al priismo de los 70 que al comunismo real redactado por Marx y su cuate Engels. Otros presentes en la marcha del 132 fueron los viejitos; ellos sí que conocen al PRI, al viejo y al nuevo, al de Echeverría, al de Salinas, al de Zedillo y a este nuevo, el PRI de Televisa y EPN. Vaya, hasta los niños se sumaron a la marcha. Yo vi a uno como de cuatro años que curioso observaba un performance que incluía una botarga de Peña. De pronto lo perdió de vista y conmovido le preguntó a su progenitora: “¿Mamá, a qué hora volverá a salir Peña Nieto?”
III
Ya más noche, el Twitter se atascó con comentarios sobre la boda televisada de Eugenio Derbez con otra famosa de quien no recuerdo el nombre. Un segmento de la marcha 132 chilanga localizó la iglesia y se ubicó alrededor para gritar consignas contra Televisa y EPN.
Al parecer, los gritos se escuchaban en la transmisión e incluso obligaron a cortarla bajo el chafa pretexto de fallas técnicas.
Pobre Eugenio, pagó caro haber hecho tanto show de un evento privado. Lo irónico del asunto es que el creador de la familia Peluche es un declarado anti EPN. Así lo manifestó en el mismo Twitter, pero no fue suficiente.
Y ya, es domingo y me iré al cine, no sé si ver Men in Black III o La era de hielo. Qué mala está la cartelera, caramba.
Twitter: @fvalenzuelam