Por Armando Casimiro Guzmán
Apenas llevamos dos días de exhibición y ya tenemos una de las candidatas más fuertes para hacerse con el premio en la categoría de largometraje mexicano. Estamos hablando de La jaula de oro (2013), ópera prima del burgalés naturalizado mexicano Diego Quemada-Díez, que ya tuvo una exitosa presentación en Cannes, donde se hizo acreedora a uno de los premios de la sección Un Certain Regard. La cinta también tuvo una cálida recepción durante la abarrotada función de prensa del FICM, y faltó tiempo, mucho tiempo para responder a todas las interrogantes de los asistentes.
En palabras del director, la historia tuvo su origen en las experiencias de miles de migrantes centroamericanos que cada año intentan atravesar nuestro país para llegar a los Estados Unidos. El guión fue coescrito por el propio Quemada-Díez y nos introduce en la vida de tres adolescentes guatemaltecos, que intentan realizar el “sueño americano”. A la pareja conformada por Juan y Sara (quien intenta pasar desapercibida cortándose el cabello y cubriéndose los pechos), se integra Chauk, un indígena tzotzil que no habla español, juntos sufrirán en carne propia el calvario que día a día viven miles de indocumentados que son agredidos en su trayecto por toda suerte de criminales sin escrúpulos.
El cineasta, quien se asume a sí mismo como un migrante, habló sobre la necesidad de tratar el tema: «es importante hacer este tipo de películas para darle un rostro a las miles de historias que suceden día a día… esperamos que pueda tener una influencia positiva en la búsqueda de soluciones del problema”.
En cuanto a la participación de los jóvenes Brandon López, Rodolfo Domínguez y Karen Martínez, Quemada-Díez comentó que se vieron aproximadamente a seis mil chicos y chicas en un largo proceso de siete meses hasta que se encontraron los indicados. “Desde un inicio no queríamos llenarlos de ilusiones vacuas, les comentamos que quizás ésta sea la única película que hagan en sus vidas… pero lo interesante aquí es que no es que sólo nosotros queramos obtener algo, sino que los sueños de ellos y los nuestros se entrecruzan para darle vida al proyecto, es un intercambio”, aclaró.
La documentación y la búsqueda de locaciones fueron procesos muy difíciles debido a la condición de inseguridad que prevalece en el país: “La investigación fue muy peligrosa, debes conocer muy bien el terreno y tener contacto con los líderes locales”, dijeron los productores, quienes también señalaron que para el director era muy importante “filmar en locaciones reales, con migrantes reales… le apostamos a eso”.
Director y productores coincidieron en señalar que no creen que la película esté destinada solamente al circuito de festivales ya que ha gustado en muchas partes donde se ha exhibido, ya se estrenó en Noruega y próximamente lo hará en España, Francia e Italia. Para México ya se tiene un distribuidor, Cine Caníbal, quienes planean tenerla en cines entre enero y febrero del 2014. La jaula de oro cuenta con todos los elementos que parecen indispensables para hacerse acreedora al galardón más importante del FICM: es una buena película, muy bien filmada y con un fuerte contenido social, por lo pronto lleva ventaja ¿logrará conservarla?