Por Armando Casimiro Guzmán
El segundo día de actividades de la sección de largometrajes mexicanos del FICM ha tenido la que tal vez sea la jornada más memorable de esta undécima edición. Inició temprano con A los ojos (2013), que está firmada en conjunto por los hermanos Michel y Victoria Franco, una obra recién terminada y que justo en Morelia inició su recorrido por el circuito de festivales.
La idea original para hacer este filme viene del cortometraje de ficción Entre dos (2003), escrito y dirigido por el propio Michel Franco y que fue parte de la programación del FICM en aquella ocasión. A los ojos, nos presenta a Mónica, trabajadora social y madre soltera que ante la falta de atención de los sistemas estatales de salud para el trasplante de córneas que requiere su hijo, decide recurrir, para resolver el problema, a las personas que viven en el ambiente laboral en que se desempeña: los niños de la calle.
De acuerdo con Michel Franco, la película se filmó sin guión, se armó a partir de una escaleta de tres páginas. Algo que favoreció la improvisación y el juego de diálogos entre los actores, lo que por una parte hace más notorio el tono realista del filme, aunque no puede evitar que algunas de las conversaciones carezcan de la naturalidad que se requiere.
Algunos de los aspectos más interesantes de la cinta vienen de la mano con la dirección conjunta que hicieron los hermanos Franco. Mientras Victoria conseguía el material documental de la cinta en las calles de la ciudad de México, Michel trabajaba con los actores para posteriormente editar y entremezclar ambas partes para darle forma al tipo de película que ellos querían hacer: “fue un proceso raro, largo e interesante, pero ha sido la obra en donde más he aprendido”, comentó el cineasta.
Mónica Martínez, la única actriz profesional que formó parte del proyecto (la recordamos por su participación en la película Año bisiesto, de Michael Rowe), habló sobre su participación: “Fue un reto emocional, en poco tiempo tuve que formarme como educadora de la calle para poder sumergirme en ese mundo, sin duda un trabajo de mucha fortaleza por la dureza de las historias que te cuentan”. Con respecto a Benjamín, el adolescente de 16 años coprotagonista del filme, Michel Franco comentó: “No pudo venir porque está en rehabilitación, pero el proceso de trabajar con él fue muy natural y orgánico… el chico tiene una sensibilidad impresionante”.
Sofía Almazán, directora de Casa Alianza, institución dedicada a la atención de niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad señaló: “Nos unimos al proyecto porque conocíamos la seriedad de los directores, el tema de la película es el abandono social y nosotros sentíamos que eso se tenía que poner sobre la mesa, que la sociedad volteara a ver el problema, ya que estos niños no son responsabilidad del gobierno ni de alguna institución, sino de toda la sociedad. Nosotros pensamos que la calle es el sistema carcelario más eficiente que existe ya que es muy difícil salir de ella”.
Abundando en el mismo tema, Michel Franco añadió: “Quisimos hacer una película que tiene que ver mucho con México y su realidad… es bueno que haya cintas de entretenimiento, pero creo que vale más la pena hacer algo que nos ayude a entender lo que somos nosotros como sociedad”.
A los ojos es una obra que habla directamente al espectador de un problema que muchas veces queremos evitar, este nuevo proyecto de la casa Lucía Films apenas inicia su camino, formará parte de la programación de un par de festivales importantes y ya están en pláticas con algunas distribuidoras para tener una presencia importante en cartelera: “No quiero que se encasillen mis películas como cine de arte, quiero que seamos más ambiciosos y mucha gente la vea”, concluyó Michel Franco.