Por Diego Firmiano
Mario Bellatin encarna uno de los proyectos literarios más originales de los últimos años, la ‘Escuela Dinámica de Escritores en México’, una especie de anti-taller literario con el que busca romper los mitos literarios y donde intenta desacralizar el proceso de la escritura; porque lo que Mario fabrica mediante sus obras son discursos que golpean las poses literarias más irrisorias, más arraigadas en las mentes contemporáneas.
Su propuesta es que el autor salga de esa posición dada de construir una obra solo en forma lineal, y que juegue con el lenguaje, que transforme las estructuras previamente fijadas, que redescubra una nueva semántica en sus creaciones literarias.
En pocas palabras, Mario Bellatin lo que produce y enseña es que hay que intentar ser un escritor sin escritura, un artista de las esencias más que de las palabras, hacer reflexión más allá de la literatura. En sus propias palabras: “Yo no sé si hago literatura, lo único concreto y real, lo único que sé es que yo me siento y escribo”.
En este escritor, que para muchos es de culto, las palabras aparecen y desaparecen, hay una transgresión de las normas, de los estilos, una alteración de la cronología en su escritura, y con una furia iconoclasta abre perspectivas de creación literaria para las nuevas realidades que se vierten en la escritura moderna. Por su manejo estilístico ha dado pie para que críticos lo apoden “el artista de las letras”, o “el malabarista de la escritura”, y es por esto que se convierte en un anti-escritor, que transgrede las normas tradicionales para imponer las suyas propias como si fuera un más puro creacionista.
Foto: www.elsilenciero.blogspot.com
Algunas obras:
- Salón de belleza (Tusquets, 1999)
- Damas chinas (Anagrama, 2006)
- El jardín de la señora Murakami (Tusquets, 2000)
- Flores (Anagrama, 2004)
- Jacobo el mutante (Aguilar / Alfaguara, 2002)
- Perros héroes (Alfaguara, 2003)
Y aquí, una entrevista con el escritor:
