Ya pasaron varios días desde que por fin Leonardo DiCaprio ganó su primer Oscar como mejor actor, y también, desde que Chris Rock se encargó de contar los suficientes chistes para aminorar la presión de quienes protestaron por la presunta discriminación racial por parte de la Academia.
Superada la fiesta, y aunque parezca que falta muchísimo tiempo, ya empiezan algunas especulaciones acerca de quién podría ser el protagonista del evento el próximo año, donde Kevin Hart es el favorito a ser el presentador.
Y es que él es uno de los comediantes más vigentes en Estados Unidos, ya que a su larga trayectoria cinematográfica se suman sus rutinas standuperas que ha presentado en programas como Saturday Night Live. Y también es de raza negra, lo cual ayuda a equilibrar las críticas contra la organización de esta ceremonia.
Aunque la estatuilla se entrega desde 1929, no fue sino hasta 1953 que la NBC realizó la primera transmisión televisada en riguroso blanco y negro. La ceremonia tuvo como sede de forma simultánea al Teatro RKO Pantages de Hollywood, en Los Ángeles, y al Internacional NBC en Manhattan, en Nueva York.
Ante el rating mundial que genera esta fiesta, el papel del conductor estelar cada vez es sometido a mayor escrutinio, en especial desde que las redes sociales se convirtieron en el canal para que cualquier usuario opine en tiempo real. Billy Crystal, por ejemplo, acaparó el rol entre 1990 y 2012 con nueve apariciones, la mayoría de ellas bien libradas y algunas ya no tan sorpresivas. Antes, en el periodo de 1979 a 1984, Johnny Carson lo hizo en 5 ocasiones y es recordado como uno de los mejores sponsors.
Cómo olvidar las estrambóticas apariciones de Whoopi Goldberg, que en 1999 se convirtió en la primera mujer de origen afroamericano en conducir la fiesta, y lo hizo poniéndose un impresionante vestido que parodiaba a la película La Reina Virgen.
Quienes por ejemplo no la pasaron nada bien fueron Anne Hathaway y James Franco, que el año pasado fueron duramente criticados por hacer de la ceremonia un evento tedioso y aburrido. Por su parte, Ellen DeGeneres ha probado las buenas y las malas: en 2007 debutó en el Teatro Kodak y su papel fue tachado de gris, pero en 2014 tuvo su segunda oportunidad que aprovechó con creces, ya que no solo fue simpática, sino que literalmente rompió el Twitter con su famosa selfie, práctica que a partir de entonces se viralizó en todo el Orbe.
Habrá que esperar un largo año para saber si Kevin Hart llega al ahora llamado Teatro Dolby, y mientras eso sucede, les dejamos su participación en el Roast contra Justin Bieber, en la cual fue sanguinario como sólo él sabe.