Después del éxito que representó Amigos (Intouchables, 2011), uno de los filmes galos más rentables de los últimos tiempos, regresó a las pantallas el combo conformado por Olivier Nakache y Eric Toledano con Samba (2014), quinto largometraje que dirigen en conjunto los cineastas franceses.
La cinta se estrenó desde noviembre del año pasado en su país de origen con resultados más bien ambiguos y por estas fechas llega a México como parte de la selección de la decimonovena edición del Tour de Cine Francés.
Alice, una alta ejecutiva de una firma de alimentos, ha sufrido un colapso nervioso en su trabajo. Como parte de su programa de recuperación, se toma un año sabático para laborar en una asociación sin fines de lucro dedicada a brindar orientación a inmigrantes ilegales. Es en ese lugar donde conoce a Samba Cissé, un inmigrante ilegal que día a día se enfrenta a la posibilidad de ser deportado a Senegal. La primera regla de los voluntarios de la organización consiste en mantener una distancia sentimental con las personas a las que se pretende ayudar, pero Alice romperá muy pronto esa regla.
El guion está basado en la novela Samba para Francia (Samba pour le France, editada en español por Grijalbo), de la escritora y directora de cine francesa Delphine Coulin, publicada por primera vez en 2011. Cabe apuntar que debido a la crisis que vive actualmente Europa, Coulin, quien trabajó durante algunos años en uno de estos servicios de ayuda a inmigrantes, retomó en una reciente entrevista la frase de Michel Rocard, ex primer ministro francés entre 1988 y 1991, quien afirmaba que “Francia no puede acoger toda la miseria del mundo, pero sí debería asumir su parte”.
Nakache y Toledano tenían desde hace tiempo la idea de realizar una película sobre los inmigrantes que trabajan en toda clase de empleos mal remunerados. Al toparse con la novela de Coulin, decidieron tomarla como base para elaborar el guion. Paralelamente y debido a su experiencia personal, añadieron el tema del desgaste profesional. Es por ello que su aporte principal fue la creación del personaje femenino, el cual no existe en la novela, para conformar una auténtica pareja de cine, algo en lo que nunca se habían enfocado en sus obras anteriores.
Es precisamente la conformación de un romance tan poco convincente uno de los puntos flacos del filme. Y es que, a pesar de que el personaje interpretado por Omar Sy (quien trabaja por tercera ocasión con el dúo Nakache/Toledano), es el protagonista de la historia, la actriz Charlotte Gainsbourgh parece en todo momento estar muy por encima de su contraparte masculina. El resto del elenco, Tahar Rahim (quien hizo un gran papel en Un profeta), además de la joven Izïa Higelin, ocupan un lugar tan secundario en la trama que resulta extraño que los incluyeran en el póster de la película.
Samba trabaja en el mismo registro de Amigos: las mismas intenciones de agradar, los toques de humor alternados con escenas dramáticas, los números musicales y hasta los mismos movimientos de cámara. Parece que los directores encontraron la fórmula y decidieron no arriesgar de más. Da la impresión de que el principal problema que encontraron los cineastas fue la búsqueda del equilibrio entre el drama social y el melodrama sensiblero. Era una labor muy complicada, por momentos lo consiguen, por momentos resulta incluso disfrutable. Pero a pesar de sus fallas y su tono edulcorado, es una cinta oportuna sobre un tema sensible y actual debido a la avalancha migratoria que enfrenta Europa por estos días.