En los últimos tiempos, uno de los segmentos más rentables de la industria cinematográfica es el de las adolescentes y jóvenes menores de veinticinco años. Si decido quedarme (If I stay, 2014), por lo pronto ya triplicó su inversión.
Por Armando Casimiro Guzmán
Tan solo los recientes éxitos de cintas como Las ventajas de ser invisible (The perks of being a wallflower, 2012), así como la sorpresiva Bajo la misma estrella (The fault in our stars, 2014), registraron grandes ganancias para sus respectivas casas productoras. Buscando una tajada de ese lucrativo pastel llegó a la cartelera mexicana, Si decido quedarme, primer largometraje de ficción del experimentado documentalista y productor de series de televisión R.J. Cutler. En apenas una semana de exhibición en los Estados Unidos, la cinta prácticamente triplicó en taquilla sus costos de producción.
La película está basada en la novela homónima de la periodista y escritora estadounidense Gayle Forman, publicada originalmente en el 2009 (está editada en español por Salamandra y ha sido un éxito de ventas en su país de origen). Si decido quedarme, narra la experiencia de Mia Hall, una adolescente de Portland, experta ejecutante del violonchelo, quien vive una singular experiencia extracorpórea tras sufrir un aparatoso accidente en compañía de toda su familia.
A modo de flashback, la joven recuerda cada uno de los episodios que la han llevado a ese punto de su vida. Postrada en una cama de hospital, en estado de coma, Mia se debate entre la vida y la muerte, mientras el tiempo apremia, la joven deberá decidir si es capaz de seguir adelante a pesar de las adversidades.
La producción estuvo en problemas desde el principio, Catherine Hardwicke y Dakota Fanning eran las elegidas para dirigir y protagonizar el filme, pero ambas decidieron dejar repentinamente el proyecto, hasta que entraron al quite R.J. Cutler y Chlöe Grace Moretz (fue tan inesperado el cambio, que incluso en alguna edición impresa de la novela ya se anunciaba en la contraportada el próximo rodaje a cargo de Hardwicke). Para fortuna de Cutler, la publicidad de boca en boca generó la suficiente expectativa como para que miles de adolescentes se sumaran sin pudor a su máquina de lágrimas.
La cinta cumple con los estándares del melodrama adolescente, la chica linda y tranquila, una notable intérprete de música clásica que suspira por el chico rebelde pero eso sí, tierno y fiel, además, no podía faltar el evento trágico que cambiará para siempre sus vidas. Nada fuera de lo común, salvo el protagonismo de un fantasma que a pesar de su incorporeidad, educadamente entra y sale de las habitaciones por las numerosas puertas del hospital. Chlöe Grace Moretz parece estar destinada a grandes cosas, pero definitivamente éste no es uno de sus mejores trabajos. Su contraparte, el británico Jamie Blackley, tampoco sale bien librado interpretando al cantante de una banda más inofensiva que los cubiertos de plástico que dan en las aerolíneas.
Uno pensaría que una película que inicia con Bohemian like you de los Dandy Warhols, no podía ser tan mala. Pero a pesar de contar con un soundtrack decente (que se mueve de Bach a Sonic Youth y Beck), es casi imposible enganchar con un relato tan predecible y edulcorado. Puede ser una opción si quieres quedar bien con tu novia adolescente, pero si no es el caso, es mejor abstenerse.