Caminando sin miramiento por el campo minado, Pascual Reyes, vocalista de la banda de rock mexicana San Pascualito Rey, narra su profundo nexo que guarda con la literatura, desde el punto de vista estético hasta el emocional. El músico llevó esa conexión a publicar un libro de poesía, Corazón minado: declaratoria, editado por la nacional Rythm & Books, que más que de poesía es de las entrañas.
¿Qué libro(s) estás leyendo actualmente?
Pues estoy ‘pimponeando’ entre el Libro del desasosiego, de Pessoa, The Rest Is Noise (‘El ruido eterno) de Alex Ross y un compendio de poemas del FCE de Jaime Sabines.
¿Para qué sirve la literatura?
Para reflexionar, en mi caso.
San Pascualito Rey se ha caracterizado por contener una fuerte carga poética y metafórica en sus letras, ¿qué vínculo hay entre literatura y música?
Pues es el vínculo que inevitablemente hay entre la canción y la literatura; los juglares antes de los medios escritos, la tradición oral como conducto del conocimiento. No es con qué pluma escribes, sino cómo quema la palabra. Como diría Jaime López al prologar mi libro Corazón minado: ‘la letra con ritmo entra’.
¿Cómo te nace la inquietud por escribir?
Pues nace en primera por una cuestión terapéutica, cuando comencé a no saber controlar ciertas emociones, como el amor, el desamor, la decepción, etc. Necesitas un método para manejarlo y no morir en el intento. El mío fue escribir.
¿Prosa o rima?
Rima sin duda
¿Cuál fue el primer libro que leíste y qué sabor te dejó de la literatura?
Honestamente no recuerdo cuál fue el primer libro que leí, ya que desde niño en la escuela promovían la lectura, sobre todo en inglés. Por otro lado, mi padre era un lector asiduo; los fines de semana siempre estaba leyendo un libro. Un libro que me marcó, eso sí recuerdo, La llama doble, de Octavio Paz, y también una interpretación-antología de Michel Foucault, por Óscar Martiarena, otrora maestro de metodología de la investigación en la universidad.
¿Qué libro viaja contigo a todas partes y por qué?
Con el mío (Corazón minado: declaratoria) porque es el que vendía en los shows hasta que se agotó (risas).
¿Lees más literatura anglosajona o latinoamericana?
Pues poesía siempre me gustará leerla en castellano, siempre y cuando sea de alguien que lo haya escrito en ese idioma, preferentemente latinoamericano. Cuando leo ensayo o novela, no me preocupa la nacionalidad, sólo el tema.
¿Tienes algún autor y género literario predilectos?
Poesía o aforismos. Me gusta Roberto Juarroz, Octavio Paz, Cioran, Efraín Huerta. Prosa, me gusta leer ensayos en general, de lingüística, filosofía, música, erotismo, etc.
¿Quién ha sido o es el mejor escritor mexicano?
¡Uf! Pues no sé, cualquiera que siembre minas en tu cabeza, que después de leer, aunque sea tiempo después, exploten en serie.
¿Qué libro te hubiera gustado escribir?
Poesía vertical, de Roberto Juarroz.
El encuentro entre rock y literatura en México no ha sido nulo, con los casos de Armando Vega-Gil, Jaime López, José Manuel Aguilera, entre otros. Dicho esto, ¿el rock te llevó a la literatura o fue la literatura quien te llevó al rock?
Pues ni uno ni otro, cada uno llegó en su momento. Lo que sí es que un encuentro afortunado de ambas sin duda es Jaime López, yo a él lo descubrí leyéndolo, no sabía que era músico, y sus palabras solas me volaron la cabeza.
La editorial Rythm & Books se aventuró hace una década con una colección de trabajos literarios de los músicos del rock mexicano, actualmente, ¿existen propuestas que sigan esta línea o simplemente no se continuó?
Pues por ciertas circunstancias creo se interrumpió un poco el proyecto, pero ahora se está retomando. Elena Santibáñez, la directora, es tenaz, terca, como se tiene que ser. De entrada, vamos a sacar una nueva edición de mi libro Corazón minado, a poco más de 10 años de publicado con tirajes agotados.
Y en este tenor, ¿qué consecuencias, alegrías o resacas te dejó Corazón minado: declaratoria?
Fue un regalo de la vida, nunca lo busqué, el hecho de compartir otros ángulos de mi vida a través de otro medio y que tuviera tan buena recepción, me causó mucho gusto, plenitud y satisfacción.
Las casas editoriales están en peligro de extinción, y antes de que eso ocurra, ¿tienes planes de seguir incursionando en el bajo mundo de las letras?
Desde Corazón minado abrí una puerta que estoy seguro tarde o temprano la volveré a cruzar.
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