“Nos educan para el pensamiento crítico y creativo,
para tener una profesión y un buen nivel de vida,
pero nos olvidamos de educar en la responsabilidad
y en el cuidado del futuro común de la Tierra
y de la Humanidad”.
Leonardo Boff, filosofo brasileño.
Por Lenin Cardozo
En las últimas décadas del siglo XX una parte de la humanidad, la más consciente, expresó su preocupación por el estado actual y futuro del ambiente. Hoy, las miradas esperanzadoras están puestas en la educación como un todo, pero específicamente en las escuelas, como unidad estratégica en la formación del ciudadano del futuro presente.
La educación, que hasta ahora se había mantenido como un gran paquidermo, sumamente obesa, con serias limitaciones para cambios inmediatos, fue forzada a replantearse virajes en lo referente a su enfoque tradicional respecto al ambiente.
El nuevo siglo estrena pro activamente iniciativas como la Ecoescuela, que parte de la implantación de un enfoque de gestión de valores, hábitos y actitudes, donde todos los involucrados en la gerencia escolar son los responsables directos de la sinergia colectiva que se debe producir en cada uno de esos espacios para la defensa del ambiente.
Los maestros, que de manera anónima, silenciosa y hasta quijotesca, han realizado iniciativas en pro de la mejora del ambiente en sus escuelas, ahora pasarían a ser actores protagónicos, en este replanteamiento del enfoque escolar.
En su visión, Ecoescuela se levanta como un programa basado en valores, que asume y atiende el vital e impostergable compromiso de participar activamente en la conservación del ambiente, con la implantación de acciones permanentes y conjuntas de la escuela y la comunidad. Y en su Misión, se plantea desarrollar con las comunidades escolares, actividades ambientales generadoras de actitudes, capacidades y destrezas, necesarias para mejorar la problemática ambiental de sus centros de estudio y su entorno. Articulando la colaboración y apoyo de los entes públicos y privados.
Como valores de esta iniciativa, Ecoescuela busca socializar la importancia del conocimiento de la dimensión ambiental implícita en todas las actividades humanas y cotidianas. Promover la participación activa y protagónica de las comunidades educativas, facilitando herramientas y conocimientos que conserven el planeta sano, para las generaciones futuras. Fomentar amor, gratitud y respeto hacia el ambiente, al adoptar hábitos, prácticas y actitudes generadoras de cultura ambiental y propiciar el compromiso individual de involucrarse en actividades dirigidas a la conservación del ambiente.
Desde las Ecoescuelas la esperanza de un mundo mejor deja de ser una utopía y se transforma en una realidad. De allí saldrán los defensores de la continuidad de la vida en el planeta.