Por Gonzalo Trinidad
Inspirada en la historia homónima de Oscar Wilde, este largometraje de la directora británica Clio Barnard ha sido catalogado como uno de los mejores filmes del año en la isla. The selfish giant (UK, 2013), con su carga de realismo social, renueva la historia que Wilde había pensado para ser leída a los niños. Pero, ¿quién es el gigante egoísta? ¿El poder, la avaricia, la sociedad?
En el cuento, el gigante egoísta es sólo eso. Un gigante que le restringe el paso a los niños e impide que jueguen en su jardín, condenándole a la nieve perpetua. En el filme, el gigante es más ambiguo: la codicia, la avaricia, el poder. Todos son gigantes que cercan los jardines de las personas para impedirles el paso a los otros. Especialmente a los que menos tienen, que irremediablemente siempre son los niños.
La infancia y la adolescencia es un tema que la directora ha explorado en otros trabajos. En su cortometraje Flood (2013) y en su documental The Arbor (2010), explorando la vida de los sectores marginados de su país, recordándonos que el alma humana es capaz de las peores miserias.
Entre estos dos trabajos anteriores y su más reciente filme (The selfish giant) existen coincidencias. En el documental The Arbor aparecen elementos narrativos que incluirá en el largometraje. Los personajes principales son jóvenes, adolescentes y niños, retratados sin intentar moralizar las condiciones en que crecen y la vida que les depara. Los dos chicos que protagonizan la historia Arbor y Swifty son una pareja de amigos entrañables.
El gigante de esta versión es Kitten, el dueño de un tiradero de chatarra y dueño de un caballo de carreras. El cual tendrá gran peso en la historia. Especialmente en una escena de carreras de caballos al estilo ingles, ajenos recuerda aquellas de Ben Hur, sin la gloria del mundo antiguo pues en esta competencia no hay ganadores.
Una película no es buena porque logre ceñirse a una historia, ya sea una leyenda o un cuento de un escritor, sino por lograr reinterpretar esa parte de la historia donde anida en el alma humana, sus contradicciones y sus virtudes. En esta ocasión, Clio ha logrado volver a contar una historia, adaptándola a otro vehículo (el cine) y al mundo contemporáneo.
Con agilidad la historia se desarrolla sin dejar cabos sueltos, y la violencia Que prevalece a lo largo del filme es sin duda mas horrorosa que cualquier escena de disparos o decapitaciones. Es una violencia calculada, lo cual desde el principio nos hace intuir que no habrá finales felices.